Entradas populares

domingo, 10 de abril de 2011

Padecer Alzheimer


Padecer  Alzheimer


Se va yendo…

La conciencia,
el recuerdo,
la historia …
Se va yendo.

Lo que soy se disipa.
Nube deshilachándose en el cielo,
diluyéndose en  azul.
Azul infinito.

Me voy yendo

Adiós nube de conciencia.
Adiós recuerdos de vida.
Adiós vida mía.
Se va yendo…

Me voy yendo…
En la nada.
Vacío.
Hueco.


En recuerdo a todos los queridos mayores y familiares que lo están viviendo.



Ernesto Cabeza Salamó

domingo, 3 de abril de 2011

Comentario de Meditación mes de marzo 2011. "Regreso al Hogar"

Comentario de la Meditación “Regreso al Hogar”
“Las Enseñanzas del salmón”
Realizada durante el mes de marzo de 2011 en Cepsi.


     Vivimos nadando en un mar de confusión, rodeados por un océano de ilusión, construido por el sueño de la vida; nuestra propia concepción de la vida, a través de la cual damos significado e interpretación a lo que denominamos realidad.





Dhyani Ywahoo

     Los indios Salish, a través de su Jefe espiritual Joe Washington, utilizan la metáfora del salmón con su impulso a regresar al lugar del que es originario. Esta meditación nos ha llegado a través de la mujer medicina cheroqui Dhyani Ywahoo en su libro “Voces de nuestros antepasados”. Una hermosa metáfora guerrera del brotar y discurrir de la conciencia que nos impulsa desde el “falso yo” en el que nos sentimos seguros y vacíos hacia acontecimientos misteriosos que van confiriendo significado y contacto con nuestra autenticidad.

     Podemos permanecer in-concientes por toda la vida en medio de la negación y distancia del contacto con el propio ser y podemos, también, darnos cuenta que todas esas corrientes, todas esas emociones que nos encadenan, que nos atan,  nos impiden ser seres humanos de verdad y con plena conciencia.

     Cuando te das cuenta de que ya no deseas permanecer ignorante de tu verdad, cuando te das cuenta de que tal como vives es un falso vivir, sientes una fuerza, un impulso que te arrastra al descubrimiento, a desandar todo aquello que has ido renunciando a lo largo de la vida para verte en el sin-vivir. Y con él decides emprender la búsqueda de ese verdadero ser, esa veraz vida digna de ser vivida.

     Y desde la toma de decisión hasta el encuentro con la inocencia y pureza original acontecen unas etapas cada vez más intensas que te desafían en tu decisión.

     Lo primero consiste en escuchar el impulso de tu ser y decidir dejar que te guíe aún a pesar de que es incierto y desafía la razón. Entonces te das cuenta que ese impulso interno que sigues se corresponde exteriormente con un sentimiento amoroso. Es el deseo de amar, la disposición a abrirse al amor lo que te sirve de cauce. Sientes que el mecanicismo cesa, que tus semejantes son realmente seres con corazón y que puedes ponerte en su lugar, puedes sentir compasión; que no deseas sufrir ni que los demás lo hagan. Pero tú has despertado y deseas dejar atrás lo que causa el dolor en búsqueda de tu verdad personal. Y mientras nadas en estas aguas notas las fluctuaciones, los refuerzos y las dudas respecto al propósito que empiezas a emprender.

Totem Salish

     Entonces te das cuenta de la fuerza y potencia que hay en el compromiso contigo mismo, que tu deseo es realizarte y también tu empeño y voluntad. A eso le llama el “remanso de las aguas de la voluntad”. Surgen y atenazan las dudas, aparece el temor a la aventura en el “no puedo”; surge del falso yo, y el ímpetu de ir al encuentro de uno mismo, de que tal determinación responde con el “Puedo” y “Quiero”. Esta es la energía de aceptarse a sí mismo; concediéndote en estas turbias aguas la presencia y el contacto suficiente para manifestar lo que intuyes que puede ser; dispuesto a exteriorizar tus ideales y vivirlos, dándote cuenta que justamente éste es el propósito de tu vida.

     Muchos remolinos te acontecerán desorientándote, tratando de distraerte y distanciarte de tu propósito; pero este cauce tiene una orilla y viéndola sabes que estás en un camino, sabes que si persistes con el propósito asciendes casi inadvertidamente distanciándote de tu anterior existir.

Territorio Salish


     Mientras fluyes contactando con tu corazón y el de los que te acompañan, te das cuenta que, tras los temores y dudas, hay en ti algo muy hermoso, algo que ama y que merece ser amado. Entonces te entregas al goce, a la satisfacción de contemplar tu propia belleza; que no debes depender de la aceptación y afecto de los demás, que te amas a ti mismo y a los demás y ya no precisas “pedir amor”. Este descubrimiento de tu propio amor te limpia de dudas, te aclara tu posición y reafirma en el propósito que desarrollas. Y con tu plena auto aceptación te ves con nuevas fuerzas para proseguir el empeño.

...impulsándote con fuertes bríos.
     Pero no es fácil, ahora tu enemigo está en ti mismo; la energía que te impulsa es potente, la sientes retumbar, agitarse, y que debes encontrar como canalizarlas para que no te agoten en el intento de controlarlas y manejarte en ellas. Estás en una intensa batalla que se libra en tu interior, que exige tu plena atención. Sólo así sientes que puedes conducirla, dominarla, pero con ello ves que las inercias del mundo que dejas atrás se desvanecen, que ya no puedes abandonarte a ellas, que para sentirte bien contigo mismo debes actuar entre lo indómito, lo desconocido en ti. Es hora  de que abandones el razonamiento que aún persiste del mundo que dejas atrás, y entregues tu timón a esa fuente interior que  te impulsa creando tan potentes fuerzas. Sólo siguiendo su guía sientes que esa vitalidad se aúna impulsándote con fuertes bríos. Ahora sientes un poder que emana de ti y que, con él, si no te resistes,  te conduce en tu camino. Vas dándote cuenta que ese poder eres tú mismo en armonía con tu vida. Ahora sabes que actúas con decisión, que estás pleno de talento y habilidad mientras transitas por la senda. Reconoces que eres dueño de tu destino y que eres plenamente responsable de los actos que lo tejen.

     Ahora tu amor propio y a la vida hace que tus potentes decisiones sean favorables a través de ti para los demás y el propio mundo.
Totem Salish


     Cuando te entrenas y te haces maestro de esta vitalidad, entras en un estado de calma vital en la que te sientes plenamente presente. Vives la vida en el presente intensamente. Te sientes distante y distanciándote de las ataduras de tu historia pasada, y gozas de este momento a momento en el que la vida te hace sentir “Soy” “Soy” “Soy”. Vives en el aquí y ahora libre, sin ataduras ni expectativas. Es hermoso sentir que “Soy” en un presente comprometido, vivo. Y sabes que cada instante de este presente es “pura vida”. Ya no hay anhelos, la vida transcurre en un “ahora”, no se precisan deseos, anticipaciones, expectativas de lo que quieres que ocurra. La vida es maravillosa ahora y, seguidamente, estás en otro ahora viendo como lo anterior queda atrás sin energía, muerto ya para ti. No tratas de aferrarte a lo vivido pues así no te deja vivir este portentoso “ahora”, el presente. Y te sientes libre de apegos y deseos, dueño de tu libertad, experimentando tu libertad y vida.



     Y ahora sin ataduras con el pasado, sin deseos en el horizonte, en contacto con la propia vida y con la “Gran Vida” que te rodea, que la respiras, que te alimentas, que te envuelve y que sientes fuera y dentro de ti. Tienes destellos de genuina felicidad. Ves que el mundo, que el universo, es absolutamente bello. Que todo cuanto crees y te rodea está pleno y vives en la abundancia. Cuando ya no hay deseos es cuando todo se te da. La vida lo es todo y ésta se te manifiesta y ofrece sin la menor reserva.


     Antiguamente la idea de escasez te constreñía en la angustia y el temor; ahora ves que no existe, y con este conocimiento te sientes seguro y feliz. Tu corazón descubre que el amor que hay en ti se desborda en pura generosidad. Vivo en la abundancia y desprendo mi abundancia, la irradio por donde voy.

     Y en este éxtasis, caes en la cuenta de que hay aún más, que tu guía interior, cada vez más clara y potente, te coloca ante el mayor desafío. Parece que no puede haber nada más allá de este estado gozoso bienestar. Pero sí, algo profundo te dice que estás ante un abismo, que debes hacer un salto colosal imposible. Este salto te lleva a “ser uno con todo” a trascender tu individualidad. Es adentrarse en otra dimensión, es abandonar el universo en el que hasta ahora has vivido y que reconoces como maravilloso. Pero allí está el estadio supremo, la proeza imposible de renunciar al Yo para convertirte en un “Todo”. Puede que lo creas imposible y renuncies a intentarlo, y puede que decidas que vale la pena intentar lo imposible.

El abismo
     Ya has renunciado a tantas ataduras y limitaciones. Te has demostrado que tu ser te guía satisfactoriamente y que esta vez, ante lo imposible, tal vez se haga posible. Viertes toda tu confianza y depositas tu fe en que lo imposible acontecerá y que estás dispuesto a entregarte incondicionalmente a ese ímpetu que hierve en tu ser.
     Y cierras los ojos, tomas aire, aferrándote del fluir de la vida y, al exhalar, te entregas a esa fuerza de lo “imposible”. ¡Ya es!  Despega, que tu fuerza, tu confianza, tu contacto con tu ser te traslade más allá de ti mismo. Abraza a la unidad de todo cuanto existe.

Catarata abismal
     Y si lo logras, repentinamente te encuentras al otro lado del abismo. Ya has dejado atrás una forma de vivir el mundo que ahora ves como limitado. Ahora estás en la fuente, en las aguas cristalinas y puras de la fuente, del verdadero hogar, del origen que, al fin, has podido recordar y regresar. Ahora sabes que tu amor es el Amor del Todo; que no hay límites entre tu corazón y el de los demás. Que ya no existen las condiciones. Que amas sin condiciones a todo cuanto existe. Ahora si conoces la verdadera paz y, desde aquí, “sabes, tienes la sabiduría del amor; y entonces vibras e irradias en un canto tu certeza para que lo puedan oír, el inapreciable don de la paz.

     En esta meditación te ubicas en un relativo estadio, te refuerzas en lo ya has dejado atrás en el compromiso de la búsqueda de tu ser. Y te sugiere que aún queda un arduo camino pleno de desafíos para poder contemplar e intuir cómo puede ser la meta. Te confiere renovado impulso por intentarlo.


Ernesto Cabeza Salamó