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domingo, 3 de julio de 2022

Conclusiones de la investigación “contactar con un Yo Probable”


 Conclusiones de la investigación “contactar con un Yo Probable” 



Meditación celebrada a lo largo del mes de junio de 2022.


El Doble Energético o Cuántico



Cuando se toma una decisión importante en libertad, al pasarla al acto se materializa. El Yo lineal se proyecta en ella y constituye una realidad. La vida es una constante sucesión de acciones; es decir materializa los sentimientos, pensamientos y decisiones. Sepamos que las diversas elecciones probables no desaparecen en relación con el Ser. En su profundidad son exploradas y tienen una existencia paralela. Hay, pues existencias paralelas que explora el Ser esencial con todas sus consecuencias; y, además es posible contactar con ellas. Tengamos, además en cuenta que nuestras elecciones involucran a otras personas y las de ellas también nos involucran a nosotros; hay consecuentemente un entramado de conexiones profundas que nos vinculan a unos con otros de un modo telepático inconsciente. Nuestro Yo considera que no es oportuno ser conscientes de esta información para la actividad de la vida cotidiana, pero no así en sueños. Cuando las funciones del Yo están aquietadas, como en el sueño, hay una considerable comunicación entre las distintas facetas de la Identidad Total que somos cada cual. El elemento mediador en este escenario multidimensional es el “Doble energético” tal como lo presenta Jean-Pierre Garnier Malet, la parte ondulatoria (no material) de nuestro organismo, que no está sujeto a las leyes de la física tridimensional (material). Así se puede sintonizar, con acontecimientos de Yoes probables tanto en relación con el pasado como en el futuro, ya que en el marco multidimensional sólo existe un “Presente eterno” y no la sucesión del tiempo lineal de Pasado-presente -futuro.

 La presente investigación piloto se ha realizado a lo largo de cinco sesiones durante el mes de junio del 2022 acontecidas en los miércoles por la tarde. 

Jean - Pierre Garnier

Hace ya bastante tiempo, estando en estado meditativo, experimente espontáneamente una experiencia novedosa en la que me veía a mí mismo viviendo en una vida paralela experimentando resultados de decisiones diferentes a las que en mi línea espacio-temporal he tomado. Esto me impactó y me propuse explorarlo con mayor detalle en el futuro.  Fue cuando me puse en contacto con la obra de Jean-Pierre Garnier, con su trabajo con el doble energético y el desdoblamiento del Tiempo, cuando decidí que había llegado el momento. Disponía de información fragmentada e inconexa a partir de las ideas sobre “Probables líneas temporales” asociado a la Física Cuántica, a la obra de Jean-Pierre Garnier y la siempre interesante lectura de los libros “Habla Seth”. Así que me puse a elaborar un medio que permitiera explorar en un formato meditativo esta posibilidad. Dado mi práctica en hipnosis y el haberla aplicado a regresiones a otras vidas, consideré que ésta también podría ser el medio de explorarlo a nivel personal y grupal.

Robert Schwartz

Cuando la había preparado y se había realizado la primera sesión, encontré que Robert Schwartz, en su obra “el don de tu alma” también lo contemplaba así en uno de sus capítulos. Lo cual me complació y reafirmo en mi proyecto. 

El procedimiento que diseñé consistía en un formato meditativo presentado a un grupo asiduo de meditadores. La propuesta consiste en una entrada en “consciencia expandida” mediante una inducción hipnótica fisiológica. A continuación, ya en cierto estado de trance hipnótico grupal se imparte sugestiones para adentrarse en el ámbito multidimensional, algo muy semejante a cuando se realiza una regresión hipnótica a una existencia pasada (reencarnación). Presenté metafóricamente la presencia de los “Yoes Probables” como estrellas en un cielo nocturno. Una vez la vivencia está situada y sintiéndose allí, ya puede establecerse el contacto que puede manifestarse en diversos formatos, entre ellos destacan tres por frecuentes:

A)      A) Desde el Observador a acudir a uno/os yoes probables.

B)      B) Desde uno o diversos yoes relacionados acude una conexión sensible o simbólica que participa cierta información pertinente.

C)      C) Puede darse una situación biunívoca en que se dé una mutua comunicación entre el Observador y los “Yoes probables” implicados.

De acuerdo con el tema que se plantee el sujeto de la experiencia, puede tomar contacto con esos yoes y participarles informaciones que apunten a aspectos conflictivos o sugerencias proyectables al futuro, o en el sentido de exploración de las causas a partir de las cuales se presente este consecuente “presente existencial”. Naturalmente, el tiempo vivencial, que está expandido da opción a que pueda acudir información tanto desde el pasado como procedente del futuro de esos yoes probables en asociación o colaboración con el Yo Observador, situado en el Doble.

De acuerdo con la singularidad y peculiaridad del sujeto en la experiencia, la información se presenta en el lenguaje y forma más afín al sujeto. En unos la información ha sido simbólica-metafórica con visiones e incluso sensaciones; el otros han sido más autobiográficas con aspectos de imágenes-recuerdos o imágenes proyectadas en un tiempo futuro de posibles sensaciones y estados anímicos.

Hay que puntualizar que el número de participantes en el experimento ha sido limitado, no llegando a un número superior a 8, y que no en todas las sesiones de experienciación estuvieron presentes los 8.

También, de entre ellos, hay quienes en algunas sesiones no han podido entrar en estado de trance hipnótico, ya sea por haberse dormido durante la inducción o no han podido desprenderse del control racional y conseguir la auto entrega precisa, con lo cual no han experimentado el acceso y contacto con los “Yoes probables”. Algunos de los asistentes que, en un primer intento, no lo han conseguido, si lo han logrado en los sucesivos.

El material personal activado y manifestado en las experiencias ha quedado sujeto a la libertad del individuo de comunicarlo o de reservárselo, pero sí era necesario el compartir los rasgos generales importantes, las sensaciones y modo de discurrir del fenómeno.

Hay que anotar que, de acuerdo a la temática personal planteada, en algún caso, en vez de contactar con un “Yo probable”, se ha contactado con información del propio pasado biográfico (regresión en la propia historia personal) o en lo que semeja una existencia pasada o reencarnación.

Se observa consecuentemente que el propio subconsciente se ocupa de la selección del material útil para dar respuesta al tema planteado por encima de contactar exclusivamente con los “yoes probables”.

Se ha comprobado, asimismo, que el resultado satisfactorio al experimento se afina con la práctica y resulta más sencilla la obtención de material e información útil al proceso sanador.

Las personas con cierta experiencia en meditación profunda acceden más fácilmente al estado de conciencia adecuado y lo hacen, asimismo, las personas con dotación de médium que, además pueden obtener información más objetiva e incluso algún tipo de canalización de entidades energéticas colaborantes de genuinos yoes probables.

La información personal conseguida en la experiencia personal, de acuerdo con la propia autoevaluación, en la mayoría de las experiencias obtenidas, ha resultado útil, clarificante o inspiradora para el propio proceso de sanación y auto realización de la persona.

No todas las experiencias han sido gratificantes, también se han dado contactos con informaciones desafiantes e incluso atemorizantes o generadoras de cierta angustia. Pero, en todo caso, siempre en conformidad con lo que cada cual puede asumir responsablemente.

Alguna opinión expresada, en el último encuentro de esta experiencia, es el deseo-motivación de poder realizarla nuevamente para la obtención de nueva información – significativa para la propia sanación y toma de consciencia de cara a la auto realización.

Se han presentado indicios, en alguna clara ocasión, de que esta experiencia opera en el marco multidimensional y tiene repercusiones tanto en el futuro como en el pasado dentro de la propia línea temporal. Se han dado sincronicidades e intuiciones previas a la sesión, asimismo después de la misma. Así, pues, el Doble energético propuesto por Jean-Pierre Garnier actúa, como se suponía, al modo de un canal contactando con los “yoes probables” y el propio núcleo álmico pudiendo atender tanto al futuro como al pasado cumpliendo con la intención-intento formulado.

Asimismo, ha resultado evidente que el Doble está operativo en cualquier momento, siempre y cuando, el nivel de consciencia sea el adecuado: Estado alfa o theta, independientemente del ciclo circadiano. También me ha resultado claro, para futuras ediciones de estas experiencias, que el Doble es un vehículo multidimensional y, consecuentemente, conviene contar con él desde recién cruzado el portal multidimensional.

Es de lamentar que el número de participantes en esta experiencia-investigación haya sido tan reducida, pero de sus aportaciones y logros se ha constatado que contactar con “Yoes probables” mediante hipnosis es una realidad y que el Doble energético opera en un estado de conciencia no ordinaria sin depender, como indica Jean-Pierre Garnier, del estado de sueño nocturno para cumplir con el necesario desdoblamiento.

A raíz de esta exposición, como comentario, podéis añadir los participantes en la experiencia vuestras propias contribuciones personales y así afinar en la propia experiencia.

Muchas gracias a todos/as por el valioso aporte de vuestra presencia y participación en el experimento. Os aseguro que sin tardanza volveremos a explorar estos ámbitos multidimensionales con las mejoras surgidas de la experiencia.


Ernesto Cabeza Salamó. 03/07/2022.


domingo, 29 de junio de 2014

Informe sobre el experimento en adultos de “Activación de la Visión extraocular”




Informe sobre el experimento en adultos de “Activación de la Visión extraocular”


Basado en los estudios del doctor Jacobo Grimberg de “visión extraocular” en niños.

Jacobo Grimberg

     Se trata de un experimento realizado a lo largo de tres meses en un pequeño grupo constituido por 8 personas, del cual dos son hombres y el resto mujeres. Todos adultos con edades comprendidas entre 30 y 60 años. Todos debidamente informados del propósito y dispuestos a colaborar.
     Todas estas personas tienen en común una flexibilidad mental y la práctica de diversos procedimientos meditativos, con experiencias en este campo diversas, desde meditadores con años de experiencia a otros noveles con, a lo sumo, un año de práctica.



     Hay documentos incuestionables de que los niños tienen un potencial apenas explorado de adentrarse en el ámbito de la percepción extrasensorial.

A nuestra vista aparece como inaudita la facilidad que tienen de acceder a ello. Es muy sorprendente el que se pueda mantener en silencio. Jacobo Grimberg en la década de 1980  efectuó unas investigaciones sobre este aspecto llegando a las siguientes conclusiones: “Es posible percibir visualmente sin necesidad de utilizar los ojos. La finura de detalle de la visión extraocular es similar a la visión retiniana igual que su fidelidad, pero sin utilizar la complejidad de las estructuras cerebrales de la visión corriente. Estos niños están más en contacto con ellos mismos. Los niños más seguros adquieren esta destreza con mayor facilidad. Su aparición es súbita como de un salto cuántico. Algunos fenómenos que se presentan a esta destreza incluye la percepción interna de órganos pudiéndose detectar zonas dañadas o enfermas siendo capaces de revertir sus síntomas; el que adquieren cierta capacidad telepática; y por último que, de sostener un cristal de cuarzo, hacen más nítida la visión extraocular”.
Con ello postulé que era posible idear un procedimiento experiencial que estimulara en los adultos el aproximarse a esta destreza extrasensorial. Dando lugar a esta experiencia experimental. No es una investigación científica, pero es todo un experimento piloto en este aspecto. Espero que esta línea de estudio y experimentación no caiga en el olvido y se siga investigando con mayores recursos y medios. 
     El proceso experimental se ha dispuesto en tres etapas de creciente dificultad a lo largo de tres meses consecutivos.

     En la primera etapa se procede a plantear el proceso apropiado que, ami juicio, posibilitaría el establecer unas condiciones oportunas mínimas para que tal manifestación extrasensorial pudiera manifestarse, a saber: Interrumpir el flujo de las rutinas cotidianas propias del hacer adulto, por un lado contando con la intencionalidad de alterarlo; por otro, definiendo un mínimo recurso ritualístico que favorezca un entorno en el cual el espacio-tiempo sea, en consciencia, diferente. El contexto de una sala de meditación con un sencillo altar representando la Sagrada Rueda Medicinal nativo americana, una limpieza ritual por sahumación y una ofrenda ritual de salvia a la Madre Tierra.
En esta fase se hace énfasis en el adiestrarse y adquirir rodaje y pericia de interrumpir el efecto del anclaje en los patrones mentales relacionados con la conciencia ordinaria adulta que, por común acuerdo, denominamos “tonal del tiempo”. Por tal motivo se propone una actividad física de movimiento libre y espontáneo con ojos abiertos que reduzca el condicionamiento de la vida corriente, el situarse en lo que ontoenergéticamente denomino una posición a-racional, el acceder a un ánimo despreocupado y lúdico favoreciendo la curiosidad natural. Todo ello en el transcurso de unos 15 minutos. El contactar con el cuerpo activo, sensible, energético, lúdico y, al tiempo, contactar con un posicionamiento análogo al infantil de observar el mundo con una actitud de curiosidad, de asombro, de expectación y maravilla; abiertos a lo sorpresivo y al impacto de lo novedoso, de lo desconocido, y, por ello, asombroso y maravilloso.
Seguidamente se procedía a vendarse los ojos asegurándose de no percibir el mínimo indicio visual y adentrarse en una actitud meditativa mediante la conexión con los siete centros sutiles, contando con la visualización e intento de sentirlos; le seguía una intensa práctica de respiraciones profundas reparando en ellas, sus pausas y visualizando el centro del entrecejo. El paso siguiente ha sido el meditar sobre el significado y profundidad del ser, cuyo efecto es expandir la consciencia y con ella los límites del espacio-tiempo. Entonces la actividad culminaba en un apoyo mutuo trabajando en pareja, en la que se tomaban de las manos y se visualizaba en el otro un canal energético que conectara las manos con la pituitaria y el entrecejo representándolo como una línea de luz sin interrupción a lo largo de unos minutos.
Hecho esto se liberan las manos y cada cual permanecía en contacto con las sensaciones de tipo visual que aparecieran en la pantalla de la consciencia, tratando de evitar la creación deliberada de imaginería, pensamientos y recuerdos. Entonces se advierten sensaciones visuales de índole subjetiva como manchas de colores y otras imágenes espontáneas. Finalizaba el encuentro con una conversación grupal en la cual cada participante aportaba sus vivencias a lo largo de todo el tiempo de la experiencia de una duración aproximada de una hora.
     Hice énfasis en que esta primera fase pretendía la desconexión con las rutinas preceptúales de la vida cotidiana, el entrenarse en la conexión con la faceta de atención incondicionada y la disposición hacia el asombro propio de obtener una percepción singular.
    Los resultados fueron los habituales de cualquier otra práctica meditativa: conexiones y desconexiones, momentos o circunstancias de mayor o menor facilidad de seguir el proceso propuesto.

     La segunda fase consistió en reducir el tiempo de ambientación y preparación de la actitud favorable y en el introducir imágenes sencillas en el trabajo en parejas, sin mediar palabras, siguiendo un turno acordado, en el cual uno exploraba con las manos y dedos una imagen; se trataba de dibujos sencillos y fotografías de objetos simples. El que la exploraba (sujeto) debía abrirse a captar las impresiones que aparecían en su consciencia a lo largo de unos minutos siendo plenamente desconocedor del contenido de la imagen que se le presentaba. Una vez transcurrido el tiempo, se quitaba la venda y ofrecía otra lámina al compañero que devenía ahora en “sujeto” con los ojos vendados para que, a su vez, explorara la nueva lámina.
Igualmente, acabado el tiempo del trabajo de exploración, cada cual, solitariamente integraba las percepciones  y sensaciones obtenidas. En rueda de conversación subsiguiente se procedía a ver la o las imágenes exploradas y participaban al grupo de lo experimentado en el proceso.
Inicialmente fue sorprendente el observar numerosas coincidencias subjetivas y del seguimiento dactilar de la imagen explorada. Era claramente evidente que las sensaciones y percepciones reproducidas testificadas por el observador (el que descubría la lámina y observaba las maniobras de manos y dedos sobre ella) no seguían una pauta al azar, sino que respondían a movimientos inconscientes, pero muy asociados a la naturaleza de lo manifestado en el dibujo o fotografía que exploraba. Se daban genuinas percepciones o indicios, que hacían referencia a percepciones, no todas conscientes, que se ajustaban a la naturaleza del estímulo explorado.
Dicho esto, también se comprobó, a lo largo de las subsiguientes sesiones, que se producía un efecto de habituación al experimento y que se combinaba en mayor grado el querer percibir cosas que la intención de abrirse a las sensaciones que surgían. Los procesos mentales se producían y contaminaban esas percepciones singulares. El trabajo consistía en tratar de separar las sensaciones evocadas mentalmente de las sensaciones incondicionadas. Ello planteaba un aspecto problemático para el desarrollo del experimento. También se unía el deseo de percibir y el temor al fracaso y, consecuentemente, la duda y desánimo por frustración. A pesar de todos estos aspectos inconvenientes e indeseables, siguieron produciéndose unas percepciones ajustadas al estímulo explorado que muy difícilmente respondían al azar. Esta fase, con su realismo, en cuanto a las propias trampas que cada cual desarrollaba, mantuvo el ánimo activo y favorable a que la percepción extrasensorial pudiera darse. También se trató y se tuvo en cuenta el aspecto de la aportación de tipo telepático que pudiera darse e influir; esta era una variable que en este experimento era imposible de controlar o evitar; por lo cual se aceptó tal posible aportación como un estímulo también de índole extrasensorial a la activación de la visión extraocular.

     En la tercera y última fase del experimento se utilizó, como refuerzo acrecentador de la posible visión extraocular, un cristal de cuarzo transparente natural con seis facetas en prisma, utilizándolo en contacto con el entrecejo del compañero en la fase de contacto de manos y visualización de la línea de luz de mano a pituitaria y entrecejo ya explicado en la primera fase. Lo segundo importante en esta tercera fase consistía en el apoyo y refuerzo verbal del “observador” al sujeto explorante, haciéndose énfasis en mantenerse neutro y no sugerir pistas acerca de lo observado. La finalidad era cribar la genuina percepción extrasensorial de la propia imaginería mental. Después de ello se procedía de la forma habitual y finalmente se comentaba en la rueda grupal las vivencias y experiencias obtenidas.
En esta tercera fase aparecieron las dificultades de la fase anterior, pero se dio acrecentadamente el deseo de querer adivinar el contenido de la imagen en ese autoengaño de confundir el “ver” con el generar una imagen mental de lo que se cree manifiesta el estímulo incluyendo las observaciones y sugerencias a modo de pistas que ofrecía verbalmente el observador al sujeto. Estas falacias se daban claramente, unidas a una creciente sensación de frustración por la no obtención de percepciones claras de tipo extrasensorial. Las sensaciones comunes seguían siendo parecidas a las acaecidas en la fase anterior, como si se estuviera en un estancamiento. Aún así aparecieron logros realmente prometedores, como la percepción simultánea de formas y colores, aún cuando no pudiera definirse objetualmente la imagen observada y, en alguna ocasión, uniendo y relacionando esas percepciones se lograba deducir el posible objeto explorado. En un sujeto particularmente dotado de sensibilidad de médium  llegó a deducir claramente algunas de las imágenes por diversas direcciones; sea por sensaciones telepáticas, sea por captar sensaciones de la naturaleza de la imagen (animada o inanimada), o por sensaciones con colores y estímulos afectivos (calidez, frialdad, sentimiento…).Tal persona llegó a identificar de este modo algunas imágenes exploradas, pero su definición, aunque llegaba a precisarla, no era netamente una genuina  visión extraocular.
Al final del experimento ya se producía un cansancio defensivo y el deseo de concluirlo.

     Concluyéndolo manifesté que el objetivo del experimento de tratar de activar la visión extraocular, se había realizado positivamente, que todos éramos testigos de los resultados asombrosos experimentados y que el desarrollo de tal visión extraocular ya sabíamos que era algo muy difícil y costoso, por lo cual la plena adquisición de tal destreza era algo muy difícil de obtener en tal escaso tiempo de práctica. Ofrecí la posibilidad de que si alguien deseaba seguir explorando esta destreza y actividad, se podría proseguir con ello a título personal y de forma independiente al propósito de este grupo que era el de meditar en grupo.

Conclusión: Se confirma enteramente el tratarse de una capacidad muy difícil de activar en adultos, pero con el experimento aparecen indicios y fenómenos realmente esperanzadores de que ésta se da en un ámbito bastante inconsciente aunque de forma tosca. Una intensa labor de conexión de ese material inconsciente al ámbito de la consciencia debe realizarse para hacerla más objetiva y posteriormente afinarla; que la dificultad principal radica, como ya se preveía, en la irrupción de los procesos mentales tratándose de adelantar a la genuina visión extraocular. Hay material para seguir investigando en esta dirección y no puedo, concluir de su imposibilidad, sino tan sólo de que hay que vencer fuertes obstáculos para poder acceder a ella.




A 29 de junio de 2014.  En Cepsi.

Ernesto Cabeza Salamó