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domingo, 31 de octubre de 2010

Origen de la Psicoterapia Bioenergética.

El origen de la Bioenergética. De Freud a Lowen



         Una metodología y práctica innovadora y revolucionaria dentro de cualquier disciplina humana no surge fortuitamente; tiene una fase amplia de elaboración antes de salir a la luz. La génesis de la Terapia Bioenergética no es la excepción, estando en un continuo devenir.


Freud



Freud joven

         Freud fue hijo del siglo XIX, inmerso en las concepciones que brotaron de las ciencias naturales, del empirismo. Fue discípulo de Ernest Brucke, un renombrado fisiólogo con quien trabajó en su laboratorio.
Ernest Brucker


 Freud había leído a Darwin y a Stuart Mill, el epistemólogo de la ciencia. Todo ello le producía el convencimiento de que la ciencia era la aplicación del empirismo estricto, y de que tenía una fe ciega en el poder de la observación de los hechos. De su maestro E. Brucke tomó estas ideas:

          - No hay más que una energía y ésta es física.
         - Esta energía se transforma dando origen a todos los fenómenos cósmicos, físicos, biológicos y psíquicos.
    - Todas las expresiones biológicas y psíquicas en la vida de una persona son debidas a diferencias de potencial de la energía, sea en forma de tensiones,emociones, ideas o imaginaciones.

Jean Martin Charcot
Hippolyte Bernheim
    
 En 1885 entró en contacto con el Dr. Jean Martín Charcot, en el Hospital de Salpetriere, observando cómo aplicaba la hipnosis en pacientes y su efecto en hombres y mujeres, creando cuadros histéricos, que se asociaban a la presencia de útero; con lo cual empezó a cuestionarse la explicación de Brucke de que los trastornos emocionales fueran causados por síntomas en órganos.

Y en 1889 con su encuentro con Bernheim en el hospital de Nancy, observó el efecto de las órdenes posthipnóicas que aquél daba a los pacientes; haciéndole dudar plenamente de la explicación mecanicista de los fenómenos psíquicos y emocionales , y  empezó a hablar de la energía psíquica.

Josef Breuer
  
 En su asociación con Joseph Breuer (1890-1895), Freud pudo comprobar que muchas perturbaciones emocionales estaban mezcladas con problemas sexuales, concluyendo que la energía que había tomado primero como física y posteriormente como psíquica, era más bien energía sexual y la llamó libido. Freud concebía al ser humano como un sistema cerrado en el que la energía está distribuida de igual forma y con la misma intensidad por todo el organismo, así si hay una descarga por un lado, la energía fluye en esa dirección para rellenar el vacío. Sólo cuando ese fluir natural de la energía instintiva queda bloqueada apareen otros fenómenos mentales como el pensamiento y la imaginación y, sobre todo, los síntomas neuróticos, que son otros caminos para descargar el impulso, siempre sexual, que se ha iniciado y movilizado con la libido.




Freud y su madre Amalia
Freud se dio cuenta de que el problema de fondo de todos los trastornos neuróticos era consecuencia de dificultades y conflictos vividos en la infancia que no habían sido resueltos, y que conducían a una vida afectiva y sexual insatisfactoria. Los pacientes no se acuerdan de estos conflictos porque están contenidos en el inconsciente, y las emociones correspondientes (angustia, miedo, cólera, pena, desesperación , etc.) no pueden aparecer conscientemente o son sustituidos por una angustia sin objeto. El método terapéutico, el psicoanálisis, pretende ayudar a los pacientes a que recuerden situaciones pasadas traumáticas o conflictivas. El método consiste en hablar sin la menor censura, mediante asociaciones, tratando de adentrarse en los procesos inconscientes, que son recuerdos dolorosos de los que se defendía para no sufrir y que bloqueaban su vida actual. Para realizar esa  asociación es necesario que el paciente esté tendido, relajado, centrado en esas asociaciones que libremente aparecen en su mente. El psicoanalista lo ayuda sin interferir en lo posible.
Freud y su esposa Marta
Freud y su hija Anna


     El esquema freudiano es que el recuerdo que representa el deseo consciente, al ser prohibido o convertirse en doloroso por la represión familiar, social, etcétera, se traslada al inconsciente en forma de fantasía, y de allí aflora en forma de síntomas diversos psíquicos, emocionales y somáticos.


 

 

 

 

W. Reich


W. Reich joven
         Antes de 1920, en su juventud, W. Reich había leído al filosofo vitalista H. Bergson y después a Marx, y entabla contacto con Freud, con quien se forma como psicoanalista, al tiempo que lee al antropólogo  B. Malinowski.

        Se nutrió de una corriente filosófica: el “Vitalismo”, de una visión ideológica llamada “Marxismo”, de una revolución psicoterapéutica que se asentaba en el psicoanálisis de una información antropológica a través de B. Malinowski  sobre los nativos de las islas Trobriand en Melanesia que le fascinó y se entroncaba con sus ideas sociales y referentes a la salud del vivir natural. Reich, a lo largo de su obra y vida elabora estas cuatro tendencias.



H. Bergson
K. Marx
          Con Freud y el psicoanálisis le llega el tratamiento del inconsciente de la persona, y una energía sexual a la que Freud llama líbido, a la que trata de devolver a su fluidez tras resolver los estancamientos en el conjunto psicosomático del ser humano. Reich llama a su energía “bio-energía” y también “orgón” por su relación con la vida del organismo y su implicación con el fenómeno del orgasmo. La labor del terapeuta es liberarla de la coraza caracterial y muscular que la atrapa. Esta bio-energía no es más que un cúmulo de energía cósmica; por ello la bioenergía es al mismo tiempo un conocimiento del humano y del universo.
         


Bromislaw Malinowski
 Desde este punto de vista, la bioenergía fluyendo libre y espontáneamente manifiesta la salud, que se refleja directamente en la genuina genitalidad (manifestación abierta, libre y espontánea de la experiencia afectivo personal de ser hombre y mujer con plena entrega en el amor sexual), siendo ésta la indicación más importante del pronóstico de la terapia analítica. El neurótico, en su coraza, retiene, refrena y bloquea la bioenergía.

         Para Reich el deseo, y en especial el sexual, es un fenómeno biológico inseparable de la experiencia física, entendiéndolo como modificaciones de tensión y carga energética. Esta tensión y carga conduce a la búsqueda del contacto, en especial el  sexual; pero más adelante, con el descubrimiento en laboratorio del orgón y los experimentos con biones, la convirtió en la energía cósmica de la propia vida.

         La cultura y sociedad a través de la familia e instituciones educativas, religiosas y sanitarias, y por personas significativas con su moralidad producen las represiones, éstas son actos biológicos que impiden la manifestación y experiencia física del amor buscado por el organismo. Las consecuencias son los síntomas (trastornos neuróticos y orgásmicos) al tiempo físicos y psíquicos. Las corazas, la muscular y la caracterológica que impiden la entrega al amor y al placer. El organismo acorazado genera una actitud mental semiinconsciente e inconsciente como forma sustituta de satisfacción del deseo biológico bloqueado (= el carácter).


B. Malinowski en Islas Trobriand
         El objeto de la terapia reichiana es restaurar las condiciones biológicas (vegetativas) y psicológicas espontáneas bloqueadas mediante una acción tanto somática como psíquica que deshaga la obra de la represión.

         A diferencia de Freud, para Reich, la represión es siempre patológica y es la causa de la inhibición, por lo que ambas en terapia se combaten.

         Reich también difiere de Freud al considerar que el deseo y el placer es saludable por tener una función biológica positiva, y hacia ambos el organismo tiende espontáneamente; generando gratitud, confianza, valoración y reconocimiento del prójimo. Es natural y espontánea esta expansión energética y de intercambios con el mundo, con lo cual se alcanza la democracia natural, sobretodo en el trabajo; el amor genuino y el conocimiento. En todo esto ya encontramos afinidades con el socialismo y la aseveración de lo que Malinowski encontró en Trobriand.

         También es diferente de Freud la concepción de la sublimación; para Reich, sólo en un individuo sano se puede dar una sublimación natural.

         Reich concibe el placer como una experiencia de contacto e intercambio que pone en relación la energía del organismo con la del entorno, humano y no humano. Es también una experiencia unificadora para el propio organismo, que integra las energías focalizadas en distintos aspectos en una totalidad, y que pone al organismo en contacto consigo mismo.

         Una persona sana tiene una respiración espontánea plena, sintiéndose pletórico de energía; esta respiración activa el nivel de energía y por ello los impulsos vitales son intensos. Por el contrario, la función respiratoria superficial o bloqueada reduce el nivel energético y da por resultado unos impulsos vitales débiles y fáciles de dominar. La disminución de la respiración reduce la energía vital al suministrar poco oxígeno, actuando como un mecanismo primordial de defensa.
         La disolución de una rigidez muscular, no solo libera energía bloqueada, sino que trae a la memoria la situación pretérita o infantil en que tuvo lugar la inhibición o represión.
         Por todo ello se puede afirmar que el conjunto de la rigidez muscular (coraza muscular) contiene toda la historia y el significado de su origen. Entonces la neurosis es un trastorno crónico del equilibrio vegetativo y de la motilidad natural. En relación con esto puntualizó que los músculos se contraen crónicamente en grupos que forman una unidad funcional, de las que hay siete en el organismo humano. La unidad ocular, la oral, la cervical, la torácica, la abdominal y la pélvica.

         Reich identifica el inconsciente y el flujo vegetativo (equilibrio entre el ramal parasimpático y el simpático del sistema nervioso autónomo) a las reacciones corporales espontáneas. Si estas reacciones están bloqueadas o anudadas, en el cuerpo se origina una coraza como tratándose  de una metamorfosis interior al estilo del “Gregorio” de Kafka; en cuyo proceso el individuo se deshumaniza y deviene a máquina.

         La terapia reichiana (vegetoterapia u orgonterapia) pretende reinstaurar el libre flujo de la bioenergía con la disolución de la coraza muscular caracterológica y se traduce en una libertad y espontaneidad gozosa que culmina con el llamado “Reflejo de orgasmo” y la certeza de la plena capacidad de entrega al orgasmo.

Enfoque Sociocultural- político de W. Reich

         El trabajo psicoterapéutico de Reich es ya política en tanto que enfrenta la liberación personal.

         La familia, para Reich, es el mediador entre el individuo y la institución estatal que representa la política. Por tanto la familia reproduce las relaciones sociales dominantes. La familia transmite la visión de clases sociales en tanto que los padres ocupan una situación de clase, situación racial y situación religiosa.

         Se ocupó de ello cuando el creciente fascismo inundaba Europa y que luego, con su triunfo, arraigó en las masas, en concreto en Alemania.

         Marx hablaba de la fuerza de trabajo viviente y de su explotación en las relaciones de producción. En Reich encontró situaciones y procesos socio-económicos, independientes de la voluntad consciente, que determinan formas de pensamiento y de existencia. En Freud encontró fuerzas instintivas psíquicas, independientes de la voluntad consciente, que se conectan en último análisis con fuentes biológicas de energía todavía desconocidas (antes de 1945), y determinan nuestras formas de pensamiento y de existencia.

         Hasta 1934, Reich, hizo un intento de unir estas dos posiciones en una teoría. Después abandonó esta tentativa de síntesis y descubrió que en vez de ser excluyentes, los dos sistemas tienen un punto común: La energía biológica de todos los seres vivos que se expresa por una parte en el trabajo (actividad), y por otra en la sexualidad; el orgón o bioenergía.

         La energía biológica comprende los mecanismos fundamentales del trabajo y también los de la sexualidad; es decir, las fuerzas afectivas que actúan dentro y fuera de la persona, y entre ellas.
         La organización natural del trabajo en tanto hecho biológico; así como el descubrimiento del orgón, exigen que se reconozca la existencia de la “mercancía viviente”, la fuerza  de trabajo y sus características. Pero entre la energía biológica y la “mercancía viviente” interviene una mediación: el sistema de intercambio, el asalariado. Los dueños del capital compran la fuerza de trabajo, la energía humana.
         En una sociedad sana se daría la democracia natural de trabajo, en ella el trabajo sería mantenido como una actividad libre.

         Ahondando más nos encontramos que siendo la persona un sistema, está sometido a la ley de la entropía; que podría traducirse como “el instinto de muerte de Freud”, pero Reich rechaza la existencia del “instinto de muerte” al considerarlo como una reacción del individuo acorazado ante el interés represor de la vida sexual-afectiva de una capa social dominante en régimen de propiedad privada. En tanto que debe reducirse, en cada persona, la espontaneidad y libertad para obtener la sumisión y la mecanización adecuada al sistema de mercado de la energía vital, objeto de la compraventa. Los estudios de Malinowski le permitieron explicar cómo se forma el patriarcado y el capitalismo.


W. Reich en madurez
         Después tenemos que la cultura capitalista es un sistema cerrado y, por tanto, afectado de entropía; por ello este sistema debe nutrirse (parasitar) de energía externa. Y lo hace de las “colonias” primero y después del llamado “tercer mundo” que constituyen las regiones del mundo dominadas. Sólo del desequilibrio que se establece en esta relación se puede obtener energía que nutra el sistema capitalista. Así el capitalismo explota comprando la energía del asalariado y las materias primas de los países oprimidos. Entre ambos las fuerzas productivas. Por ello, el capitalismo, no está exento de peligros, porque siempre queda cierta energía libre que puede  dar como resultado rebeliones de asalariados y contiendas internas en los países de pillaje de materias primas y energéticas (minas, petróleo ...).

         Conclusión: la educación es un adiestramiento, y este adiestramiento comienza por inscribir reglas en el cuerpo.  Todo está hecho para que el cuerpo vital, libre, espontáneo, habitado por energía libre, se transforme en un “cuerpo productivo” de hijos, riqueza, etc. Hecho para esforzarse, para el sacrificio, entrenado para la producción, para que se acepte la esclavitud del cuerpo. La revolución social no puede existir más que si implica la liberación de los cuerpos y sus energías. Y así la coraza caracterial-muscular es el resultado de la aplicación del sistema represivo patriarcal-capitalista, al crear  un cuerpo productivo y esclavizado. La aplicación terapéutica para actuar sobre esos bloqueos y tensiones musculares permitirá el fluir nuevamente  esa energía libremente y liberar esa afectividad-sexual con su indicativo preciso “el reflejo del orgasmo”. Cuando la energía social se libere desde sus cuerpos y, con ello, transforme la instituciones, excluya la servidumbre y disuelva las corazas, será el momento de la “Gran Revolución”.



La Bioenergética. Alexander Lowen.


         Alexander Lowen conoció a W. Reich en 1940 haciéndose su discípulo. También fue su paciente entre 1942 y 1945. En 1947 se trasladó a Suiza estudiando medicina hasta 1951. De regreso a USA en 1952, juzgó que la situación en la que estaba Reich ya no era de su agrado decidiendo distanciarse de él. En 1953 se asoció con J. Pierrakos que también era discípulo de Reich y de quien había sido paciente. En 1956 fundaron el Instituto de Análisis Bioenergético.





J. Pierrakos
         Partiendo de los presupuestos antes mencionados de Reich, exceptuando el análisis social, Lowen fue añadiendo aportaciones personales tratando de mejorar el método ,en tiempo y eficacia, de  la propuesta de Reich en la Vegetoterapia Caracteroanalítica.

         Siguiendo a Reich, Lowen declara que no hay más que una sola energía como quiera que se la llame. Asume que toda energía es intercambiable y que todas las manifestaciones de la energía pueden reducirse a un solo denominador común; pero para Lowen no importa conocer esta forma ulterior de la energía básica. Así escurre el bulto del problema que había enfrentado a Reich con la “ciencia oficial”. Por ello Lowen postula operativamente que la sensación energética en el organismo humano proviene de la unión de los electrones con el oxígeno mediante un proceso de fosforización en la combustión de los alimentos; con lo cual afirma su distanciamiento con el concepto del orgón de su maestro.

         Al igual que Reich, sostiene que la función básica de la energía en el organismo es la pulsación biológica que se manifiesta en la expansión que efectúa el ramal parasimpático y la contracción producida por el ramal simpático en el llamado Sistema Nervioso Vegetativo o Autónomo.

         También coincide con Reich al considerar el organismo humano como un sistema de energía abierto, en el que la energía puede aumentarse y disminuirse. Aumenta por los procesos internos ya dichos y por la excitación que producen los estímulos ambientales. Disminuye por mecanismos contrarios, especialmente con la disminución de oxigeno por una respiración superficial que baja el metabolismo del cuerpo.
         Para Lowen la energía no se limita a la sexualidad, se concibe como energía vital que sirve para todas las necesidades del organismo: sexuales, motrices y sensoriales. Lo que determina la naturaleza del impulso y del sentimiento es la dirección que sigue la energía y el órgano por donde se descarga; por ello ancla esta energía en dos polos del cuerpo: La cabeza (el cerebro) y la pelvis (los genitales); y la energía debe fluir idénticamente a uno y otro polo partiendo de un punto o centro situado en la región abdominal; en cada polo también hay un depósito de la misma.
         Cuando la energía fluye más hacia uno de los polos se producirán trastornos emocionales y actividades y conductas externas relacionadas con tal exceso, como más adelante se explica en los tipos de caracteres bioenergéticos.
         La energía del polo de la cabeza está relacionada con la de la pelvis, si no hay obstáculos, con un flujo natural y espontáneo. Para la persona sana la espiritualidad (en el sentido amplio) será tan grande como su sexualidad. Lo explica diciendo que la energía se origina en los procesos del inconsciente, en el sistema nervioso autónomo; si el flujo de estos procesos sufren de obstáculos o bloqueos, la actividad psíquica superior será deficiente. La circulación energética a lo largo del eje longitudinal cabeza-pelvis puede estar obstacularizada por restricciones en distintas partes del cuerpo dispuestas en los siete anillos de tensión de Reich, pero fijándose preferentemente en las constricciones del cuello y cintura (las principales estrecheces del cuerpo). De este conjunto de tensiones o corazas describe los tipos de caracteres bioenergéticos.
         Así como Reich presenta dos tipos: el genital (que tiene un equilibrio entre las funciones de carga y descarga energética) y el neurótico (que obstruye el flujo energético sexual con tensiones y restricciones que se endurecen formando la coraza caracterial al hacerse crónico y dando origen a los llamados trastornos neuróticos). Lowen describe los cinco siguientes caracteres bioenergéticos: Esquizoide, oral, masoquista, psicopático y rígido.

El carácter

         En Lowen hay pocas diferencias respecto a Reich en cuando a la descripción de la naturaleza, formación y función del carácter. Lo define como una forma fija y estructurada con el que el individuo reacciona ante situaciones conflictivas parecidas a las de la infancia en su búsqueda de placer, amor y seguridad. Bajo el aspecto somático, el carácter es la estructura muscular, rígida, crónica y, generalmente, inconsciente que bloquea o limita el flujo de la energía. Bajo el punto de vista psicológico, el carácter es una actitud psíquica o un sistema de mecanismos de defensa que el individuo usa para protegerse de sus impulsos, o dicho de otro modo, de las consecuencias punitivas que la expresión de sus sentimientos y la realización de sus impulsos le acarrea en su familia histórica y en la sociedad.
         El incipiente yo del niño reacciona ante las amenazas del medio familiar y social limitando su energía y reprimiendo sus impulsos. La limitación de la energía biológica y la represión de los impulsos coarta la libertad interna y la motilidad de los músculos (movimientos espontáneos de los músculos). Cuando esta limitación perdura por años se hace inconsciente y queda incrustada en los músculos haciéndolos rígidos. También puede producirlo, no la cantidad, sino la intensidad de las limitaciones que lo hacen insufrible, y con el endurecimiento muscular y consiguiente insensibilidad, la situación se hace más llevadera.
         Ahora bien, el organismo contraído, la coraza muscular, tiene también una influencia en la psique, determinando, limitando o distorsionando las funciones psíquicas de la persona: las emociones, el pensamiento, las fantasías, las ilusiones y hasta los ideales del adulto; y, así, robusteciendo al mismo tiempo los mecanismos de defensa.
         Aún con todo, el beneficio secundario del carácter es producir un equilibrio, aunque precario, entre la carga y la descarga de la energía; con lo cual el individuo siente menos ansiedad porque se reduce la estasis (acumulación de energía bloqueada) o exceso de energía flotante sin expresión.
         Las reacciones caracterológicas incrustadas ya en el sistema autónomo son percibidas por el individuo como parte de su definición personal, mientras que los síntomas neuróticos se perciben como algo extraño y preocupante.

         Lowen, como Reich, reitera que las funciones psíquicas defensivas del carácter corresponden a idénticas tensiones musculares y somáticas, ya que cuerpo y psique constituyen una sola unidad funcional dinámica. Son manifestaciones de la misma energía biológica.
         Lowen anota la influencia del carácter en algunos fenómenos psíquicos como los sueños, las fantasías, las ilusiones y hasta los ideales del individuo; conjunto de hechos que lo comprende como un modo de compensar las restricciones, privaciones y frustraciones de la infancia. Otro fenómeno relacionado con el carácter es la elección de amistades y sobre todo de la pareja con quien el sujeto comparte la vida. Sea por contraste a sus rasgos personales, sea por similitud.

         El carácter se percibe por la estructura y tensiones del cuerpo, por el modo de mirar y de hablar, por los movimientos, por el análisis de los sueños y fantasías y por la expresión de sus ideales personales. Una vez descubierto el carácter, la terapia será más rápida porque se comprende tanto las manifestaciones psíquicas como las reacciones somáticas, y los efectos de la terapia serán más estables aplicándose a su vida personal, social y profesional.

-Los tipos caracterológicos-

         Ya he hablado de la coraza muscular y del carácter. Ha quedado claro que la coraza es la historia personal inscrita en el cuerpo como un modo de expresar la vida emocional que ha quedado fijada y de la que el sujeto no se da cuenta.

         La función del carácter y lo subsiguiente depende de:

        A/  De la época del desarrollo en el que el impulso fue vivido como conflictivo. De modo que cuanto más temprano es el rechazo, privación o frustración, más amenazado está la cohesión de la personalidad produciéndose disociaciones entre las funciones corporales  y las mentales. Es el aspecto cualitativo.
        B/  De la extensión e intensidad de esas situaciones conflictivas. Es el grado de acorazamiento o dureza del blindaje y de la intensidad de los síntomas. Es el aspecto cuantitativo.
         C/  Del tipo de impulso que resultó prohibido (agresividad, ternura, sexual, etc.).

         De todo esto resultan cinco tipos caracterológicos en Lowen, que en forma muy esquemática se pueden describir así:

         Carácter Esquizoide. El cuerpo es estrecho y apretado con mucha fuerza muscular que la utiliza para reprimir los impulsos. Si esta represión es muy fuerte puede estallar. Todo el cuerpo está muy tenso, anudado; en especial en la base del cráneo y en la zona donde la columna vertebrar se une a la pelvis. La cara es como una máscara sin vida y los ojos no tienen expresión alguna. La energía es apretada hacia el centro del organismo. Cuando el individuo nota este desplazamiento energético lo interpreta como si se tramara algo contra él, a sus espaldas. Disocia el pensamiento de los sentimientos. Lowen atribuye todo esto al rechazo y hostilidad de la madre al nacer el niño, por ello siente que siempre se amenaza su vida y bienestar. Vive en un constante temor.

         Carácter Oral.  El cuerpo es alargado, la musculatura débil. La energía fluye del centro a la periferia, pero no es abundante y tiende a dirigirse hacia la parte superior y la cabeza; faltando en los genitales y piernas. La parte inferior del cuerpo es más débil que la superior. Es un niño/a grande que anhela constantemente atención, ayuda y cariño de los demás. Es inconstante esperando que le llegue desde afuera la satisfacción de sus necesidades. Respiración superficial, y el contacto con el mundo es tímido e inseguro. Lowen lo atribuye a la privación de una madre cariñosa, sea porque estaba ausente frecuentemente, por su muerte, descuido o desinterés. El tipo oral siempre teme ser rechazado.

         Carácter Masoquista.  Cuerpo corto y fuerte, cuello corto y ancho; tórax musculoso y fuerte, piernas gruesas como columnas, pesadas y sin movimiento fácil. Está lleno de fuerza y energía, pero está atrapado y se siente estallar. La causa, según Lowen, es el exceso de cuidado de una madre dominante que impone su voluntad aplastando toda resistencia o haciéndose la víctima para obligar  a la criatura a doblegarse con sentimientos de culpa. El masoquista ha aprendido a humillarse, dobla la espalda y mete el trasero adentro. Interiormente está lleno de resentimiento y negatividad. Las tensiones más fuertes están en la garganta y en el ano de tal manera que habla con quejas y defeca con dificultad y esfuerzo.

         Carácter Psicopático. Tiene la parte superior del cuerpo fuerte e hinchado, pero la parte inferior débil (pelvis, piernas) por la constricción de la cintura que impide el flujo de energía hacia abajo. Los ojos son penetrantes, desconfiados y al acecho de lo que pasa a su alrededor. Su mayor temor es que se aprovechen de él. No se siente seguro interiormente, por lo que se esfuerza constantemente en dominar a los otros, sea por la imposición o por la seducción, a fin de tener la ilusión de poder. Por eso niega todo sentimiento y hace alarde de su poder físico incluso en la sexual. Según Lowen, este carácter sintió violada su dignidad por la seducción solapada de uno de sus padres. Al crecer trata de desarrollar la parte superior de su cuerpo para poder sujetar y abusar de otros como lo hicieron sus padres con él.

         Carácter Rígido. Tiene un cuerpo bien desarrollado y lleno de vitalidad en todos los puntos de contacto: cara, especialmente los ojos, brazos, piernas y genitales, pero carece de libertad de entrega y de descarga. Tiende al narcisismo por sus mismas cualidades. Se muestra obstinado en el pensar y compulsivo en su sexualidad y su conducta, ahogando toda expresión de sentimientos y amor. La causa, dice Lowen, es la frustración que tuvo de niño al expresar amor a sus padres y no recibir respuesta ni reciprocidad. Sus tensiones se encuentran principalmente en el cuello y en los músculos extensores y flexores.

         Obtuvo, Lowen, estas conclusiones del atento análisis de los problemas de sus pacientes y de la cuidadosa observación de su cuerpo. Es un marco operativo práctico que se confirma en la práctica bioenergética. No tiene como objetivo ni encasillar, ni etiquetar, sino como brújula en el proceso terapéutico.

A. Lowen





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