Imbolc, el fin del Invierno.
Festividad de Imbolc (Estación del 1 de Febrero a 31 de Abril)
Yule representa el Norte, el punto de inicio del nuevo giro de la “Sagrada Rueda de la Vida ”. Ahora la rueda ha iniciado su giro situándose en el Noreste. Da nombre esta festividad a la estación del año que discurre entre el 1 de Febrero y el 31 de Abril.
Imbolc significa “en leche”. Hace referencia a que en esta época las vacas y las cabras empiezan a lactar.
Tras las fiestas de Yule, los días se van alargando casi imperceptiblemente, y se empieza a sentirse algunos indicios de un cambio. En las latitudes mediterráneas empiezan a florecer los almendros ya en el propio Enero, y los jardines se pueblan de la hermosa flor de las mimosas. El joven-dios-sol ya muestra su renovado poder activando la vida de la diosa; e inmediatamente, en las latitudes superiores, aún bajo el yugo del crudo invierno, también se aprecia un anuncio de cambio. Los pájaros ya empiezan a hacerse notar con un canto diferente que sugiere un contexto diferente. Las gentes, ya cansadas del monótono claro-oscuro del paisaje, desean concluir el retiro doméstico y salir al exterior esperando impacientemente la llegada de la primavera.
Diosa Brighid |
Imbolc, antaño, era una importante festividad en la que se celebraba que los días ya se hacían más largos. En el trecho final de la Época Oscura, Imbolc, es una celebración de fuego y luz; sobretodo en el hogar en las tierras más norteños. En él se veneraba a la “diosa”, y su recuperación tras dar a luz; a la fertilidad de la Madre Tierra. Entre los celtas esta fiesta se relacionaba con la divinidad Brighid (Briganti) que en céltico significa “excelsa”, “alta”. Siendo uno de los títulos que se da a la “Diosa única trivalente” (joven-adulta-vieja). Durante esta fiesta, celebraban los druidas (de Druwid = “los muy letrados”) los ritos adivinatorios, y se hacían las pruebas de matrimonio (éstos se podían romper al año siguiente por consentimiento tanto de los hombres como de las mujeres). Brighid es, a la vez, madre esposa, hermana e hija de los demás dioses. Era la diosa-madre, diosa de las artes, de la magia y de la medicina. Y también diosa de los druidas, de los bardos, adivinos y de los herreros. Y la diosa del fuego. La diosa Brighid protegía los rebaños y favorecía la fecundidad. La importancia de su culto entre los celtas era tal que los evangelizadores cristianos optaron por darle continuidad a través de Santa Brígida de Kildare. Tanto la diosa celta como la santa cristiana comparten la simbología de la Cruz de Brígida (Cros Bhride), un humilde símbolo hecho de junco o de caña relacionado con la rueda solar celta, pero también con la cruz cristiana. Hoy en día esta cruz es uno de los principales símbolos de Irlanda.
Brighid, diosa Trivalente |
Cruz de Brígida |
Imbolc era la época de purificaciones y del fuego sagrado que purifica la tierra, propiciando la fertilidad y el despertar del sol tras el frío y gris invierno. Es además la época de los nacimientos de los corderos de primavera, siendo un signo potente de renovación, inocencia y pureza; iniciándose, por consiguiente, la producción de leche; y Brighid era la protectora de los rebaños.
Antorchas lupercales |
También coincide esta celebración con el día de la Candelaria (fiesta del fuego) o de la Purificación de la Virgen María , creada por el papa Gelasio I (492-496) en sustitución de la Lupercalia romana (fiesta del fuego romana). El nombre de “Candelaria” se debe a la procesión realizada dentro de la iglesia con candelas y velas benditas, en la que se rinde memoria a la visita de la Virgen con su Hijo al templo a los 40 días de su parto. La purificación de la Virgen y las candelas son el antídoto cristiano de la festividad pagana y las antorchas lupercales.
El contexto ontoenergético de imbolc sigue siendo de pleno invierno. Febrero es un mes muy crudo y frío, las fuerzas contractivas están bien presentes, pero en su transcurso el elemento fuego va creciendo añadiéndose al aire, con lo cual, en la vida, aún dándose la condición contractiva, se va activando el pulso vital que, poco a poco, manifestará el renacer. La creciente llegada de energía solar va aflojando la tenaz contracción de la vida en tal difícil estación; y esto se evidencia en el cambio que opera en esta estación a partir del primero de febrero.
Como he dicho antes, en esta estación, empiezan a lactar los primeros retoños de las ovejas y también empieza a germinar las primeras semillas acogidas entre el atento vientre de la Madre Tierra. En los lugares que van quedando libres de nieve empieza a mostrarse las primeras briznas de hierba. Es también cuando florece la famosa campanilla blanca de invierno (Galanthus nivalis) en los suelos aún cubiertos de nieve de los bosques de hayas y otros caducifolios. Por ello esta singular flor también figura en la imaginería de esta festividad.
Tradicionalmente, en Imbolc, se prendían velas y fuegos para apoyar la luz y calor del sol (el joven dios) para que así incrementara su poder y lo proyectara a la tierra permitiendo el renacer de la vida. Es una fiesta de fuegos y luces; por ello conviene encender fuego en el hogar y velas para dar la bienvenida al dios. Tomemos, si la hay, nieve y dejemos que se derrita en un cuenco; así, en el ámbito simbólico, contribuimos en el apoyo del sol y el regreso de la primavera. El blanco, las flores blancas y el incienso de azahar representa la doncella, el aspecto primaveral de la Tripe diosa.
Es por ello que las actividades relativas a esta celebración tengan que ver con las velas y la luz de sus fuegos; así como de las alusiones a la nutricia leche que alimenta a las jóvenes criaturas; y también con el sembrar y alumbrar rectas y provechosos propósitos personales, familiares y de la comunidad. Y en nuestro ser el acentuar la vibración interior, ya deseoso de expandirse, mediante la acción vibratoria de gratos sonidos nacidos de instrumentos musicales.
Actividades previas a la festividad de Imbolc
En Yule creábamos una cueva sagrada en la que nacía el “dios-sol”, en una representación arquetípica con gran poder. Ahora, en Imbolc, vamos a crear una representación simbólica y arquetípica, asimismo poderosa, para todos los participantes sin importar edades ni sexos vinculada con la energía de esta época.
“Sembrar Intentos de Imbolc”
Los rayos de luz-calor del joven dios ya empiezan a llegar de forma creciente a la Tierra , anunciando la inminencia del fin del invierno. Todo yace en el seno de la tierra esperando la tibia caricia que le haga despertar y expandir su divina abundancia. Y esto justamente es lo que en primer lugar planteo como actividad principal.
Al igual que la Tierra , nosotros contamos con potenciales dispuestos a despertar y activarse. Nuestra creatividad está despertando y dispuesta a contribuir en la realización de mejoras y cambios en nosotros y, a través de nosotros, con nuestras relaciones. Podemos gestar, como la tierra con las semillas que guarda, nuevos crecimientos, nuevas habilidades, propósitos y proyectos.
Con esta intencionalidad compartida, salgamos a la naturaleza. Acudamos a un lugar en el que haya tierra fértil y recojamos de ella; puede ser en el campo, en un jardín e, incluso, si no es posible, comprando un paquete de tierra de jardinería.
De acuerdo a las condiciones climáticas el siguiente paso se puede hacer en la propia naturaleza o en casa. Precisamos también un molde de pastel. Ahora nos reunimos en círculo alrededor del molde lleno de esta fértil tierra, podemos crear ambiente mediante algo de incienso. Meditamos sobre el significado del potencial nutricio de esta fértil tierra para la vida. Contactemos a través de nuestro sentir con nuestros deseos, cambios, propósitos y proyectos creativos que queremos que se manifiesten en estos próximos meses. Siempre atendiendo a que tal propósito personal tenga, asimismo, repercusión favorable a muchos allegados y a la comunidad. “Que (tal propósito) se cumpla en beneficio mío y de todas mis relaciones” debe ser el sentido de este intento en consideración. Una vez que cada cual concluye su meditación y tiene claro su propósito o proyecto creativo debe escribir en pocas palabras o dibujar una imagen del mismo. No tiene por que ser uno sólo, pueden ser varios; pero tengamos en cuenta que no es un listado de deseos, sino de siembra de propósitos y de intenciones en un ámbito sagrado y trascendente.
Seguidamente envolvemos con este papel pequeñas semillas que, a su debido turno, plantaremos en esa tierra dentro del molde con nuestro propósito. Démonos cuenta que ofrecemos a la madre tierra la semilla, el comprometido intento de algo que queremos que brote y se realice en nuestro ser para beneficio de todos. Esto hay que hacerlo en respetuoso silencio hacia uno mismo y hacia los demás. Cuando todos han plantado “su semilla de intento”, cada persona toma una velita de cumpleaños y la clava justo encima de donde ha plantado su “intento”. Luego tomamos este molde o “Tierra del común intento” y lo colocamos en el altar a la espera del atardecer de Imbolc.
Con el anochecer del día de Imbolc, reunidos otra vez frente o alrededor del altar y del “molde del intento”, realicemos un pequeño rito en el que encendemos las velas sobre nuestro “intento” solicitando a los poderes del Universo y de la Tierra el que apoyen su realización. Sintamos como la luz de la vela, en particular, y del conjunto de todos, en general, alumbran y bendicen los “intentos” plantados en nuestro ser. Hecho esto dejemos que las velas se consuman por sí mismas y que el “molde del intento” permanezca unas 24 horas en el altar. Después podemos guardar la tierra y las semillas para plantar afuera, en el jardín, campo o jardinera con la llegada de la primavera.
“Preparar velas”
Imbolc, tradicionalmente ligado a las velas, es una fecha oportuna para encender nuestras propias velas artesanas. Velas que habremos realizado algunos días antes con este fin a propósito. Ya en Yule y sus fiestas aconsejé que los restos de las velas utilizadas se guardaran para su reciclaje; pero ésta debería ser una actitud operativa a lo largo de todo el año; de forma que en nuestra caja de “viejas velas” haya cierta cantidad de materia prima. Se puede completar con la adquisición de cera de abeja en bloques o de parafina mezclada con los restos de las velas que se han utilizado durante el año. Tengamos en cuenta que la parafina suele ser demasiado blanda para utilizarla sin nada que aporte endurecimiento.
Estas velas especiales de Imbolc tendrán un significado especial y serán utilizadas rememorando los sentimientos de este día. Además de que estarán imbuidos del significado mágico y arquetípico del fulgor del creciente joven sol de la celebración.
Fieles a la intención, en esta labor debe participar todo el conjunto familiar, pero atentos y cuidando de los pequeños estando en la cocina.
Cubramos la mesa de trabajo con papel de periódico para que la cera que pueda derramarse no estropee el mueble; y vitamos ropa que no lamentemos que pueda estropearse con la actividad.
Preparar en artesanía domestica velas es una auténtica labor de reciclaje ya desde su previo comienzo. Como material precisamos:
a) Restos de velas consumidas y almacenadas en la caja a ello dedicada; además de ello, obtengamos parafina y/o cera de abejas.
b) Si se trabaja exclusivamente con parafina es conveniente añadir “estearina”, un endurecedor de la estructura, conveniente si la vela tiene más de 5 centímetros de longitud.
c) Las mechas o pábilos, que es hilo de algodón trenzado de diferentes anchuras dependiendo del grueso de la vela.
d) Se pueden añadir aromas para velas y también colorantes para velas; aunque también resulta añadir un poco de acuarela o tempera a la cera fundida. Y como indicaré más adelante, aromatizar ritualmente las velas después de hechas.
e) Disponer de ojalillos que permiten que la vela se apoye y no dañe la base sobre la que está ubicada. Se pueden reutilizar los de las velas de té o votivas ya usadas, sólo es conveniente limpiarlos un poco y abrir su abertura para que pase la nueva mecha.
f) Moldes, que pueden ser muy diversos. Se puede utilizar como tales brics viejos de leche o zumos de cualquier medida, envases de yogurt, vasos, tapas de aerosoles, potes diversos, etc.
g) Desmoldante; pudiendo ser glicerina o incluso aceite de cocina que se distribuye con un algodón uniformemente por la cara interior del molde para que la cera no se quede adherida a su superficie y haga imposible separarla de su molde.
h) Recipientes para fundir la cera o la estearina y mantenerla caliente al baño maría de acuerdo con el tiempo de realización de todo el proceso.
i) Algo de plastilina para sellar.
Una recomendación previa es realizar el agujerito del molde por el que se introducirá la mecha.
Si no derretimos la cera al baño maría, hagámoslo en una sartén o cacerola de grueso fondo, con el fuego muy lento, pues la cera es inflamable y puede ocasionar problemas desagradables tanto si se convierte en humo como si se inflama. La parafina se inflama espontáneamente al alcanzar los 150 grados centígrados. Si tal sucediera sofoca el fuego, no utilices agua para ello. Antes de ello se producirá un denso humo de muy desagradable olor, lo que indica que la temperatura alcanzada es excesivamente alta. Entonces apaga el fuego y deja que se enfrié. Tendrás que ventilas la estancia. A fuego lento y con la conveniente atención todo debe discurrir sin contratiempos.
Como es inevitable salpicar con la cera fundida, procura ponerte ropa vieja para esta actividad.
Derrite la cera en el recipiente al baño maría o a fuego muy lento, la que estimes suficiente para llenar el molde o el recipiente de la vela. Mientras se calienta y funde unta con el desmoldante todo el interior del molde, úntalo con un algodón concienzudamente. También, si utilizas molde, acuérdate de hacer un agujero pequeño en la base, un clavo caliente puede sr suficiente y úntalo también de desmoldante. Y si utilizas ojalillos, el agujero es innecesario, pero adhiere el ojalillo al fondo con algo. Yo utilizo unas gotas de cera para ello bajo y sobre el ojalillo.
Ahora cada participante debe disponer de cierta longitud de mecha de vela, unos pocos centímetros más larga que la profundidad del molde o recipiente que utilice. En este momento debes prepararla; para ello la sumerges en la cera para que se empape de ella, lo podéis hacer por turnos. La mecha empapada la extraes y la alisas con los dedos en caliente. Luego, al enfriarse, se mantendrá rígida, esto es lo que pretendemos. Una vez preparada la mecha, enhébrala a través del pequeño agujerito del fondo del molde y séllalo con un poco de plastilina. Ahora hay que sujetar la mecha para que no se mueva en el extremo superior. El sujetarla entre dos lápices o entre dos palillos puede ser suficiente. Una vez colocada correctamente la mecha y estando sujeta ya puedes verter la cera fundida con cuidado procurando que no se vierta por el exterior del molde y dejas que se vaya enfriando. Si le quieres añadir el aroma hazlo en la cera poco antes de verterla en el molde porque el calor volatiliza el aroma. Observarás que se produce una depresión alrededor de la mecha. Eso es debido a que al enfriarse la cera se contrae. Entonces rellena con algo más de cera esa depresión.
Ahora deja que se enfrié y una vez fría extraer el molde, si el desmoldante está bien distribuido no tiene que producirse problema alguno.
Hechas las velas, se puede recurrir al método tradicional para perfumarlas untándolas de aceite esencial así, mientras se queman, liberan el perfume lo que añade un matiz especial a las celebraciones en las que se utilizan. Es bien cierto que los niños disfrutan untándolas con los aceites esenciales, y a su propio modo; pero el método tradicional es el de echar un par de gotas de aceite esencial en medio del tronco de la vela y frotarla en dirección ascendente y luego añadir otro par de gotas para frotar en sentido descendente. Desde el punto de vista ontoenergético, es de importancia convertir toda actividad en acto a propósito plenamente consciente, por ello al abrir los sentidos y visualizar el propósito es todo un trabajo personal. Y, por supuesto, la elección del perfume también tiene su significado, no cualquier perfume es oportuno para cualquier festividad. Cada una de ellas pide algo peculiar.
En el caso que ahora nos ocupa, Imbolc, los aromas esenciales oportunos para esta operación son los propios de invierno con una llamada hacia la primavera. Con lo que utilizaremos el enebro, el ciprés unido a la salvia.
Las autoras del libro “La magia de la Tierra ” proponen una sugerencia para Imbolc con la cual se apoya la energía de Imbolc:
“Va a ayudarnos a sentirnos renovados y preparados para la primavera
Aceite de albahaca
Aceite de menta
Aceite de romero.”
Sugiriendo que mientras se añade estos aceites se proceda imaginando que la vela toma las frescas energías de Imbolc, como una brisa inspiradora que va a fortalecernos y revitalizarnos.
Además sugieren que preparan una vela especial para esta celebración que denominan “vela de los nuevos inicios”, muy propicia en este inicio de temporada en la que se producen las primeras germinaciones y lactancias en los animales de granja. Nos dicen que la quememos en honor a la nueva vida y cuando demos inicio a algo. Con ello centramos más nuestro intento en el significado de la festividad tocando su aspecto sagrado. Para estas velas nos proponen untarlas con aceite esencial de incienso (olibanum) y aceite esencial de lavanda; y mientras se hace imaginar que la vela está brillando con energía positiva, visualizando el poder de un nuevo inicio, una nueva oportunidad de hacer crecer cosas buenas.
Y ahora propongo los aceites esenciales que considero oportunos para las cuatro estaciones y las ocho festividades en consideración en esta serie de escritos:
Invierno:
Para Yule por sugerir la pervivencia de la vida
Aceite esencial de pino
Aceite esencial de abeto
Aceite esencial de cedro
Aceite esencial de canela
Aceite esencial de salvia.
Para Imbolc por sugerir purificación y espera de la primavera
Aceite esencial de enebro
Aceite esencial de ciprés
Aceite esencial de canela
Aceite esencial de salvia
Primavera:
Para Ostara, el frescor del inicio primaveral
Aceite esencial de menta
Aceite esencial de manzanilla
Aceite esencial de rosa
Aceite esencial de jazmín
Para Beltane donde la fragancia floral y de vida se une al erotismo y la celebración de la festividad en toda la naturaleza
Aceite esencial de rosa
Aceite esencial de jazmín
Aceite esencial de benjuí
Aceite esencial de melisa
Aceite esencial de nerolí
Aceite esencial de pachuli
Aceite esencial de ilangilang
Aceite esencial de mejorana
Verano:
Para Litha con aromas frescos, refrescantes
Aceite esencial de pino
Aceite esencial de naranja
Aceite esencial de limón
Aceite esencial de pomelo
Aceite esencial de mandarina
Aceite esencial de nerolí
Aceite esencial de citronela
Aceite esencial de rosa
Aceite esencial de lavanda
Para Lughnasad en gratitud a la Madre Tierra por su abundancia e iniciar el proceso de introspección
Aceite esencial de lavanda
Aceite esencial de rosa
Aceite esencial de Artemisa
Aceite esencial de sándalo
Aceite esencial orégano
Aceite esencial de tomillo
Otoño:
Para Mabon se intensifica la purificación y la introspección. Acción de gracias a la Madre Tierra
Aceite esencial de rosa
Aceite esencial de pimienta negra
Aceite esencial de jengibre
Aceite esencial de salvia
Para Samhain Se encuentra el mundo material y el multidimensional
Aceite esencial de jengibre
Aceite esencial de salvia
Aceite esencial de Artemisa
Aceite esencial de eucalipto.
Donde haya más de tres, seleccionar tres entre los propuestos.
Con esto ya se tiene lo suficiente para preparar las propias velas para esta festividad y para las siguientes del año; pero luego, desde luego, la elaboración de velas se puede refinar de numerosas maneras creando velas muy personalizadas y originales.
Hacer instrumentos de música
Otra de las actividades propicias para las cercanías de imbolc, como ya indiqué al principio, es el acrecentar nuestro estado vibratorio ya que nuestro ser está deseoso de expandirse mediante la acción vibratoria de gratos sonidos nacidos de instrumentos musicales. La creación de sencillos instrumentos musicales es lo que nos ocupa ahora.
No es necesario saber de música para crear un ritmo que acompañe algunas canciones. Los niños tienen un cierto sentido innato del ritmo y seguramente responderán positivamente ante la iniciativa de construir unos instrumentos para hacer música.
Ante todo, de acuerdo con la ontoenergética, tenemos una serie de instrumentos que se asocian con las cuatro direcciones arquetípicas:
La Doncella , un aspecto de la diosa trina nos trae la promesa de la primavera. En su honor vamos a poner una figura de la diosa en nuestro altar.
La Celebración de Imbolc
El Norte, en asociación con la mente y el elemento aire, se relaciona con las maracas (que se utilizan para limpiar y atraer partes perdidas del espíritu) y los instrumentos de viento, desde la suavidad de una flauta hasta el fuerte sonido de una caracola.
El Este, asociado a la luz y la visión, nos pone en contacto con la autenticidad y la verdad personal y existencial, relacionándose con los sonidos vibratorios de cristales y metales en forma de cuencos, platillos, campanas y cascabeles.
El Sur, asociado a la abuela y madre Tierra, nos pone en contacto con el latir de nuestro corazón y pulso, siendo los instrumentos de percusión los más representativos como panderos, bombos y tambores; y además aquellos que resultan de la vibración de cuerdas tales como las liras, arpas, laudes, guitarras, violines, etc.
El Oeste, con el contacto con lo misterioso y el umbral de la muerte, nos pone en contacto con instrumentos que han sido material vivo y ya han dejado de serlo como el golpear palos y huesos. Ahí tenemos los palitroques, cajas chinas, castañuelas, etc.
A partir de ello podemos empezar a preparar instrumentos, algunos de ellos de una simplicidad increíble.
Podemos preparar sonajeros desde la sencillez de colocar unas pequeñas piedrecitas en una caja de cerillas o en una cajita de madera, metálica o de plástico que nos quepa en la palma de la mano. O bien con unas calabazas pequeñas en las que se corta la parte superior (mango) se dejan secar; y luego se rellenan con piedrecitas o de semillas volviéndose a pegar con cola la parte superior; así se construyen auténticas maracas que después pueden gravarse o pintarse imaginativamente. Otra forma es el cortar cuidadosamente unos trozos de caña de cierto grosor a la altura del nudo, colocar piedrecitas en su interior y luego tapar la apertura con un tapón de corcho; al sacudirla en las manos sonará como una maraca.
En cuanto al viento, también con tallos de cañas de diferentes longitudes podéis unirlas atándolas creando una flauta de tubos que sonaran distinto al soplarlas. Consiguiendo botellas de cristal de diferentes tamaños, tras llenarlas a la mitad con agua, se sopla por la abertura obteniendo distintos sonidos; se precisa un poquito de práctica el conseguirlos fácilmente.
Aprovechando algunos cuencos o fuentes de cocina, así como cazos metálicos, pueden golpearse suavemente en sus superficies laterales con un bastoncito y hacerles vibrar hermosamente. Si recientemente se ha producido alguna reparación de fontanería, quizá se cuente con algunos fragmentos de tubo de cobre, que se pueden cortar en distintas longitudes y realizar con ellos sonidos musicales al golpearlos con un palo; incluso sujetándolos en dos marcos laterales se puede preparar un tipo de xilófono.
Si se toma un guante de goma tipo de cirugía o por el estilo y se tensa sobre un bote metálico, recipiente de cocina, o una pequeña maceta o macetero y después se sujeta firmemente con una goma elástica se habrá improvisado un tipo de pequeño tambor. La goma de los globos hinchables también sirve a tal propósito. Sobre cilindros de diferentes diámetros y materiales también se pueden cubrir con estos tímpanos y preparar distintos tambores. También se consigue un ritmo golpeando suavemente dos piedras de suave superficie. Si se tiene ocasión de conseguir algún tronco hueco se puede golpear con un palo.
Con las cuerdas se experimenta tensando gomas elásticas de diferentes tamaños y grosores cruzando una bandeja y pellizcándolas, o tensándolas entre clavijas o clavos dispuestos en un marco de madera o sobre una superficie de madera.
Si se guarda algún hueso largo sin tuétano, éste se puede golpear con un palo proporcionando un peculiar sonido. Golpear entre sí palos secos de distintas maderas, longitudes y diámetros producen sonidos diferentes.
Cortando el extremo agudo de una caracola marina y puliéndolo, con práctica y ensayos, también se puede producir sonidos muy potentes.
Y al igual que estos ejemplos, se pueden imaginar y preparar otros muchos, lográndose una amplia variedad de sonidos musicales que, combinándose unos con otros, pueden dar lugar a una curiosa orquesta.
Constituir una banda familiar y realizar divertidamente improvisaciones. Si os limitáis a mantener un ritmo juntos podéis conseguir, tras algún tiempo, un estado peculiar de conciencia que evoca un auténtico momento mágico.
Con la práctica, manteniendo el ritmo seguramente irán saliendo improvisados cantos ajustándose al ritmo; se puede cantar a turnos lo que a cada cual le venga siguiendo ese ritmo; esta actividad, a más de ser divertida, probablemente sorprenda a los propios cantores.
Probad siguiendo el ritmo del corazón. Dejad que salgan estrofas inspiradas con él y experimentad el poder o magia que se produce. Es posible que adoptéis este sistema para prepararos mentalmente antes de celebrar consejos familiares y estas festividades. Os sentiréis mucho más receptivos y relajados.
.Actividad de construir un “Palo de lluvia”
El “palo de lluvia” es un instrumento muy afín a las maracas, alargando más el efecto del sonido, así pues, está relacionado con el Norte, con el invierno arquetípicamente y con la limpieza de nuestra mente siguiendo el espíritu guerrero.
Por esta razón principalmente y por imitar la lluvia nos recuerda que ésta pronto aparecerá y borrará las nieves que aún señorean en el paisaje invernal permitiendo que las semillas que, aguardan el momento, en el interior del suelo, puedan germinar y asomar a la luz.
Es un instrumento originario de America Central y del Sur utilizados para relajarse así como en ceremonias. Su construcción domestica es muy fácil con los recursos habituales de un hogar y todos pueden participar en su preparación.
Se precisa un tubo de cartón de cierta longitud, el diámetro del cilindro no es importante, pero sí lo es el grosor del mismo para que no sea muy frágil y pueda soportar su manipulación sin deformarse rápidamente o romperse. Dos tapas para sus extremos que también se pueden preparar y una cierta cantidad de clavos para un solo palo en construcción. Los clavos tienen que tener la misma longitud que el diámetro del cilindro. Se clavan a lo largo de toda la superficie del cilindro en un diseño improvisado o pensado. Una vez clavados por toda su superficie se pega una de las tapas al final del tubo y se le echa una cierta cantidad de arroz, lentejas o judías secas; dependiendo de sus dimensiones. Si se le colocan diferentes tipos de semillas, el palo producirá diferentes sonidos. Hecho esto ya se puede pegar la otra tapa en el extremo del cilindro.
Con esto ya lo tenemos hecho, pero seguramente gustaréis de decorarlo cubriendo los clavos pegando papel de envolver y luego pintarlo, dibujarlo o decorarlo con diversos motivos e ideas originales.
Este también puede ser un instrumento más a añadir a la orquesta familiar; y/o reservarlo para que con su evocador sonido acompañe sesiones de relajación o ceremonias familiares como las que propongo en estos escritos.
Crear el altar de Imbolc
Imbolc es la fiesta de la Doncella , y es la estación hasta el 21 de marzo. Es la estación para prepararse para el crecimiento y la renovación. La serpiente de Brighid emerge desde las entrañas de la Madre Tierra para probar el clima; y en muchos lugares templados empiezan a crecer las primeras flores de la tierra congelada.
La preparación del altar desde el punto de vista ontoenergético es siempre la misma, representa siempre la rueda de la vida girando en el Universo de misterio; pero esta vez en el Norte y Noreste vamos a hacer énfasis colocando dos o más de las velas hechas en casa y debe figurar también en un pequeño jarrón de cerámica algunas briznas de plantas que estén brotando del suelo así como alguna flor blanca que nos recuerde la “campanilla blanca de invierno”. También se puede colocar en un pequeño recipiente algo de nieve o de hielo que se irá derritiendo a medida que realicemos el ritual de Imbolc.
También colocaremos en él el “molde de sembrar intentos” que podemos acompañarlo con un pequeño recipiente con semillas.
Un pañuelo de color verde cálido o amarillo claro adornando el altar nos recuerda los primeros indicios de la primavera y que en la tierra aún fría, las semillas están despertando a la vida.
La comida especial de imbolc
Imbolc es parte del invierno, por lo que vamos a recordar lo que ya se ha dicho de él en la Visión ontoenergética del invierno.
Estamos en la estación del sistema Aire-Agua con el sabor salado como asociado, por el hecho de estimular la digestión y realzar el sabor de los alimentos, con lo que se inicia pronto el flujo de saliva y de los fluidos estomacales; pero debemos cuidarnos del exceso de sal ya que vence a los sabores y resulta nociva al organismo densificando el cuerpo, aumentando la presión arterial, facilitando inflamaciones cutáneas y exceso de calor, además de producir cierta adicción al generar tolerancia y así exigir que se aumente.
Recordamos que el invierno pide alimentos contractivos que generan energía interna como lo son las carnes, quesos curados, bulbos, tubérculos y frutos secos.
Pero ahora, en Imbolc, vamos a añadir su simbolismo. La presencia de una ensalada con germinados (de alfalfa, de soja) y con semillas como de girasol, calabaza y maíz nos indican que las semillas están a punto de germinar o iniciar su crecimiento. La presencia de tacos o lonchas de quesos tiernos o curados, en frío o caliente nos conectan con el simbolismo de los primeros animales de granja recién nacidos y lactando. Se puede seguir o acompañar con empañadillas, pizzas o crepes rellenos de los alimentos invernales más queso y brotes. O pastelillos de carne o verduras… El caso es que sean platos con alimentos que, al abrirlos, revelen su contenido interior; como la Tierra guardando su vida.
Las bebidas de Imbolc deberían contar con la presencia de hierbas. Sea en infusión, sirviéndose fría o en caliente en sobremesa. Para los niños también les puede servir un vaso de leche caliente con miel y alguna hierba relajante como la manzanilla; y para los adultos es ocasión de tomar algunos sorbos de licores hechos con hierbas.
Como postre, se puede hacer algunos pastelillos marrones de chocolate o algarroba y colocar en su interior algunas sorpresas diversas para que los comensales los encuentren. También se puede decorar con velas de cumpleaños encendidas que nos recuerden el “molde de sembrar intentos”. Avisemos que el pastel contiene sorpresas para que así nadie se atragante ni se malogre algún diente. Los bombones rellenos también pueden ser útiles en esta festividad.
La idea de la comida especial de Imbolc es que la madre Tierra alberga y esconde en su oscuro seno maravillas esperando germinar, y esto de una u otra manera se reproduce en los platos de esta comida o cena.
Imbolc, día 1 de febrero, es una fiesta tradicional en la que se celebra que los días ya se hacen más largos, marcando el declive de la época oscura del año. Es, pues, una fiesta de fuego y luz; es, por ello, también, un medio de purificación en el que el fuego sagrado purifica la Tierra propiciando su fertilidad. Da inicio y nombre a una estación que concluye el día 31 de Abril.
Imbolc, unos años coincidirá con festivo de sin de semana y otros no; ello, como en otras festividades, obliga a su adaptación a la vida productiva cotidiana. Del mismo modo que con otras celebraciones de estos días sagrados de la “Sagrada Rueda Anual”, los días previos ya moviliza a la familia preparando su celebración. Ya hemos visto que entre sus actividades previas se ha propuesto la preparación de velas y de instrumentos, así como la adquisición de los ingredientes para la comida de la misma que, de acuerdo con la dinámica peculiar de la familia se puede celebrar al mediodía o al cenar.
Sea como sea, desde el levantarse debe respirarse el ambiente especial de esta jornada y hacerse el programa de dedicar más tiempo al encuentro en el hogar familiar.
En primer lugar, al tratarse de un día de purificación, debe realizarse una limpieza energética del hogar de cara a la proximidad de la primavera. Es muy posible que en Yule se prendieran las luces en todo el hogar y se pasara el “bastón de olor” o el incienso por todas las estancias del hogar; pero hoy la limpieza consiste en deshacerse de lo viejo, de lo ya caduco. Es el momento en que los adornos de Yule, ya secos y polvorientos, se quitan y, si se cuenta con una barbacoa o chimenea, se quemen en el fuego de Imbolc; o si es oportuno, se añada al abono que se está preparando para la tierra. Si no se pueden quemar o reciclar como abono propio, entonces verterlo en el contenedor de material orgánico para su reciclado comunal. Al retirar lo viejo y muerto, hacemos espacio para que lo nuevo pueda brotar y crecer. Esta actividad es propiamente un rito en el que nos deshacemos de lo que nos apega al invierno e invitamos a los eventos de la cercana primavera. Se puede también limpiar el jardín, la terraza o balcón preparándolo para la nueva estación.
Imbolc es una antigua festividad del fuego. Antiguamente se celebraba con hogueras, y en la antigua Roma se celebraba “Lupercalia”, en honor de los poderes de la Naturaleza representados por el dios Pan, con juegos de antorchas lupercales apoyando el poder del joven-dios-sol en su creciente vigor; y luego el cristianismo la reconvirtió en la “Candelaria” donde se celebra la purificación de la Virgen María con el infante Jesús en medio de una procesión de candelas benditas. Es por ello que el elemento fuego debe estar presente en el hogar. Se prenden distintos tipos de fuego en honor a la creciente brillantez del sol y a los días ya visiblemente más largos. La chimenea prendida y/o las velas untadas de olor cumplen este propósito; pero también se pueden prender bengalas con los niños.
Ahora es el momento de reunirse ante el fuego y reflexionar sobre cualquier cosa o hecho del año transcurrido que hubierais deseado que aconteciera o se hubiese actuado de diferente modo; cualquier cosa mal concluida o errada; es decir, que incluya algún tipo de suciedad emocional en la mente. Entonces la anotáis o dibujáis en un papel, manteniendo su contenido en secreto, a menos que se desee compartirlo. Luego arrugad el papel convirtiéndolo en una bola y echadlo al fuego, liberándose de todo resentimiento, rencor, culpa, etc.
Echad luego a este fuego (que también podría ser un caldero como en Yule) algunas hierbas purificadoras como romero, salvia o eucalipto. ¡Ya se ha ido! ¡Ya no es! Y ahora abriros a las nuevas y numerosas oportunidades de gozo y satisfacción que pueden acontecer a partir de hoy.
Llegado el momento, con la familia reunida se procede al aspecto sacro de la festividad. El fuego en el hogar está encendido, sea en forma de hoguera o de velas de Imbolc. Ahora se sale al exterior, al huerto, jardín, terraza o balcón para realizar la tradicional práctica de realizar la “ofrenda al surco”; se trata de abrir un surco en la tierra (simboliza el arar) y realizar una ofrenda ritual en la misma convocando su fertilidad y abundancia para la familia y la comunidad. Se abre el surco o, en su caso, un hoyo si se trata de una jardinera o maceta. En actitud de ofrenda, improvisando o recitando una oración o poema o algún canto tradicional a la madre Tierra, se vierte en él un poco de whiskey, “el agua de la vida” y se le añade unos pedacitos de queso y pan; también se puede ofrecer algo de tabaco ritual y/o salvia o romero. Este pequeño rito se puede acompañar de alguna varilla de incienso prendida.
Seguidamente se procede con el rito de “siembra de intentos” y la preparación del altar de imbolc, ya tratado en las actividades de Imbolc.
Acompañados de los fuegos de Imbolc se procede con la comida o cena, según el ritmo de la familia; también algunas velas untadas deberían acompañar la mesa en el transcurso de la cena.
Brighid, diosa venerada en Imbolc |
En el momento oportuno, con el anochecer o la noche, antes de la cena o tras ella, se procede al ritual de Imbolc frente al altar doméstico.
Se precisa un oficiante que sepa el rito, siendo todos los demás ayudantes.
Se procede conforme al modo personal de abrir el rito. Desde la óptica ontoenergética, tras interiorizarse, se prende la vela del Este y seguidamente el incienso, sea en varilla, cono o sahumador. Se procede con las invocaciones tal como se presentó en Yule.
Ahora el oficiante empieza diciendo:
La diosa y el astado |
“Es el tiempo de la fiesta de antorchas,
Cuando cada lámpara se inflama y brilla
Dando la bienvenida al renacimiento del joven dios.
Celebro a la diosa. Celebro al dios.
Toda la Tierra celebra.”
Es el momento de prender la vela que representa al joven dios y la que representa a la diosa, ambos juntos. Lentamente se camina alrededor del altar en el sentido de las agujas del reloj (el sentido del sol en el cielo) y, mientras se realiza, el oficiante prosigue, repitiéndolo por los participantes:
“Toda la tierra está envuelta en el invierno.
El aire está helado y la escarcha cubre la tierra.
Pero el señor del sol, el astado de los animales y lugares salvajes…
…ha renacido, sin ser visto, de la Diosa madre, Señora de toda fertilidad.
¡Salve Gran dios! ¡Salve y bienvenido!”
Seguidamente detenerse delante del altar. Mirar las llamas de sus velas y visualizar nuestra vida floreciendo con creatividad, con renovadora energía y fuerza. Si se precisa recapitular algo del pasado o afirmar algo para el futuro inmediato ahora es el momento ideal. El oficiante puede recordarlo como sugerencia en estos momentos de meditación.
Y si no hay alguna petición o trabajo para declarar ante el altar, podemos dar por concluido el rito. Cerramos conforme se sugiere en Yule. Dejamos que las velas y el incienso prosigan ardiendo regresando al salón.
Cuando el momento de acostarse se aproxima, abrid la ventana durante unos instantes aspirando el fresco aire, oliéndolo, advirtiendo la energía de la tierra que está despertando del letargo invernal para todos nosotros que, ahora, estamos en armonía con ella y su poder.
Y luego, mientras dormís en la arrulladora calidez del lecho, sentiros como una semilla en su oscura matriz durmiendo a la espera de que el dulce y amoroso calor del sol os acaricie haciéndoos expandir y brotar entre los últimos resto de nieve.
¡Que la integridad, la autenticidad, la salud y la sabiduría florezcan en vuestro ser ahora y siempre!
Así sea.
Ernesto Cabeza Salamó
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