Entradas populares

lunes, 24 de febrero de 2020

Actividades profesionales en CEPSI




CEPSI Centro de Encuentro en Psicoterapia y Sexología Integral.               
Ernesto Cabeza Salamó.
Colegiado 1856.
Mienbro de SETB y FEAP.









ADULTOS, INFANTO-JUVENIL .TERCERA EDAD. FAMILIAS.PAREJAS

.Depresión     Ansiedad.   Angustia.   Hipocondrías.  Aislamientos.   Abusos sexuales.
Violencia de género.   Sexología (Tratamiento de disfunciones sexuales).   
Elaboración de duelos.   Apoyo en enfermedades y sus secuelas.   
El afrontar situaciones de cambios familiares (Separación, divorcio, crisis).
Prevención de divorcio conflictivo y destructivo.
                                                                                                                                           




Preguntar por: .Prácticas de Meditación. Ejercicios de bioenergética.Encuentros en Terapia Transcultural. Activación VES (Visión Extra sensorial) infancia de 6 a 12 años.

CEPSI Plaça Montserrat Roig, 5. Baixos 1ª   08921 Sta. Coloma de Gramenet  Tel.93 386 31 12 Cernesto57@yahoo.com          Cepsiblog.blogspot.com          Facebook Ernesto Cabeza Salamó.




lunes, 17 de febrero de 2020

La Visión Extra Sensorial y Psicología

La Visión Extra Sensorial y Psicología




Con la aparición de VES (Visión Extra Sensorial) se abre toda una nueva dimensión de la psicología, en principio, aplicada al mundo infantil; y si con la pubertad se logra mantener, también en la adultez.

Desde la década de los 80 la empezó a investigar y fomentar Jacobo Grinberg, creando un abordaje científico de lo que es la consciencia y la experiencia. Los niños que la han experimentado, aunque después hayan perdido su funcionabilidad, tienen la certeza de la experiencia extra sensorial vivida de un modo innegable y transformador.


Me ciño a Jacobo Grinberg porque es el único que, desinteresadamente, ha dado a conocer sin ocultación alguna y sin pretensiones de monopolizar su aplicación. Mente abierta, humanista, científica y alentadora en sugerir a futuros investigadores con su labor.

Pero antes de proseguir quiero hacer una revisión panorámica de la situación de la psicología durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI.

Desde la primera mitad del siglo XX se daba una pugna radical entre dos escuelas de psicología: el Conductismo (Pavlov, Watson, Skinner, entre otros) y el Psicoanálisis fundado por Freud y sus discípulos ortodoxos y disidentes. De acuerdo con los conductistas, la conciencia es una facultad humana que no se puede medir, y por ello no puede entrar dentro del campo investigador de la psicología. Lo único que es observable y medible es la conducta humana; consecuentemente la psicología debe ceñirse al estudio y observación de la conducta humana. Este estudio se logra a través de la relación entre el estímulo y la respuesta, con la pretensión de generar una psicología experimental, que trata de estudiar y corregir la forma de responder del humano ante el mundo de los estímulos que le alcanzan.
S. Freud


Por otro lado, el adversario (el psicoanálisis), asegurando que la conducta observable del ser humano se basa en un ámbito llamado inconsciente que no puede ser cuantificable. Por ello considera que lo que los conductistas quieren medir no es lo que explica el comportamiento humano.
W. Reich
C.G. Jung













 Dentro del psicoanálisis hay muchas concepciones, desde el pesimismo de Freud hasta la concepción “optimista” de Reich. Es común en todos ellos el esquema básico de la existencia: El Consciente, el Subconsciente y el Inconsciente, a lo que Jung añade el “Inconsciente colectivo”.


A partir de los años 60 surgió una tercera fuerza, la Psicología Humanista. La psicología humanista se sitúa en contra de la simplificación del ser humano que surge de cualquiera de estas dos teorías enfrentadas. El ser humano no puede reducirse a un objeto de laboratorio; conduciendo al planteamiento de estas preguntas: ¿Hasta qué punto es posible conocer al humano desde afuera? ¿Esa persona que estudiamos en un laboratorio es la misma que se manifiesta fuera de él? Y ¿Puede el investigador psicólogo controlar las variables experimentales con tal rigor que descarte plenamente la influencia en la relación entre ambas?

A. Maslow
El intento de resolver estas preguntas llevó a A. Maslow, el pionero de la psicología humanista, a presentar una teoría de tipo Taoísta del conocimiento. Asegura que en el estudio de la psicología, el cariño y el afecto no son obstáculos para el conocimiento, sino todo lo contrario, lo incentivan  y profundizan.

Además, propone C. Rogers, que la humanidad de una persona sólo se puede conocer a través de la humanidad de quien lo estudia o trata. Es por ello que los psicólogos humanistas se implican en las actuaciones terapéuticas que surgen.

Por otra parte, lo que surge del psicoanálisis en sus diversas variantes es algo pesimista, en él aparece el ser humano patológico; que trata de sobrellevar  la relación conflictiva consigo mismo y con los demás. En este punto, Maslow se plantea esbozar una teoría a partir de las personas que se han auto realizado o están en proceso de auto realización. Para Maslow el ser humano es un ser que busca auto realizarse y para ello debe satisfacer, en primer lugar, sus necesidades biológicas (vinculadas con los valores D ‘de deficiencia’), luego los valores culturales y alcanzar los valores espirituales (valores B ‘de trascendencia’).

El conductismo ayuda al paciente a tomar conciencia de su conducta y controlarla. El psicoanálisis busca que el Yo ocupe el lugar del Ello (inconsciente, depósito de represiones, patológico). La psicología humanista propone que el ser humano desarrolle todas sus posibilidades y logre experiencias “cumbre” o “pico” que lo transformen y le hagan más plenamente humano.
Ken Wilber

Llegados a este punto y estando en el contexto de la auto realización, aparece la psicología transpersonal (Ken Wilber, Stanislav Groff), que viene a ser una prolongación de la psicología humanista. En ella se tuvo en cuenta las experiencias que surgen bajo el efecto de ciertas drogas que evidencian un estado de consciencia no ordinario, y el estudio y comparación de estas experiencias  con las místicas, tanto procedentes de las tradiciones orientales  como occidentales, que corroboran plenamente la existencia de la conciencia “no ordinaria”. Con ello ya no son necesarias las experiencias desencadenadas por drogas, sino las experiencias "pico" que aparecen de estados de conciencia especiales.

Stanislav Grof

Otro aspecto a considerar es el tener presente la utilidad de un abordaje científico de la psicología, obteniéndose un humanismo científico, consistente en diseñar una metodología en la que, sin renunciar a la rigurosa “objetividad” de la ciencia, se incorporen las dimensiones más profundas del Ser.


 Lo que se va conformando, en la actualidad, es la elaboración de una teoría ecléctica de la psicología, en el sentido que implique atención a factores comunes de diversas escuelas en el abordaje de la complejidad del ser humano. Sin duda el eclecticismo por confluencia es un posicionamiento abierto y contrario al reduccionismo. En este sentido, situamos, sin la menos vacilación, la trayectoria de Jacobo Grinberg con su teoría de la Sintergia.

Jacobo Grinberg

En lo referente a VES, aunque actualmente sea aplicable casi exclusivamente a niños, sus posibilidades experienciales van mucho más allá de los mismos y esto es lo que motiva la investigación del presente equipo.


El fenómeno VES es un acontecer experiencial explicado y estudiado científicamente, que tiene en cuenta la diversidad de corrientes psicológicas de finales del siglo XX en conexión con las aportaciones de la física cuántica y las dinámicas de los campos energéticos con sus patrones de interferencia. Queda ampliamente explicada la aparición de los fenómenos de las diferentes modalidades de consciencia, por la relación de los procesos de neuroalgoritmización con los correspondientes campos neuronales que producen; y el cómo éstos interaccionan con el campo cuántico, creando experiencias específicas que van unidas al factor de direccionalidad y las bandas sintérgicas operantes. Es por ello un abordaje que salvaguarda la subjetividad y la peculiaridad de cualquier persona y, al tiempo, permite su abordaje experimental tal y como se refleja en la extensa investigación experimental que nos ha proporcionado.


Probablemente la activación de VES en adultos no sea, hoy por hoy, el medio más eficaz de aplicar el hacer transformador según Grinberg, tan próximo a la psicología transpersonal, pero sí ofrece la comprensión y señala unas vías de aplicación muy prometedoras. Otra cosa es lo referido a esa infancia que, habiendo activado la VES, durante unos años la ha experimentado con independencia que, al alcanzar la pubertad y adolescencia, se extinga o no; siendo lo importante la destreza adquirida del sistema nervioso central de operar con campos neuronales de gran coherencia e integridad y las aportaciones experienciales que aporta. Tiene importancia, según Grinberg, no tanto la producción de los campos neuronales, sino la naturaleza de los mismos y el que están asociados a una direccionalidad propuesta por el propio Procesador Central, es decir, el Ser. En este punto Maslow y Grinberg coinciden en que, lo que está en estudio, es la auto realización de un individuo con todo el potencial que pueda desarrollar.

El activar la VES en niños es algo psicoterapéutico, no sólo se trata de manifestar una capacidad psíquica más, sino de enseñarles, ya en la infancia, la producción de campos neuronales de alta sintergia, es decir, de potente densidad informacional con una integración interhemisférica e intrahemisférica, lo que produce una armonía en todo el conjunto del SNC (Sistema nervioso central).

La relación armoniosa interhemisférica produce una vivencia de sereno equilibrio, se armoniza lo intuitivo y sensible con lo racional y analítico. La integración neocortical con las zonas intrahemisféricas supone una armonización entre lo consciente (neocortical) y lo subconsciente e inconsciente (estructuras diencefálicas y del tronco cerebral). Esta armonía, asimismo, facilita una mejor relación entre el sistema nervioso central (SNC), el vegetativo (SNV), el endocrino y el inmunitario. Permite que contenidos, que denominamos subconscientes, puedan fluir hacia la consciencia con mayor facilidad y, si éstos, tienen una génesis patológica, el poder elaborarlos y resolverlos; si, por el contrario, son aportaciones existenciales o transpersonales, entonces enriquece y potencia la personalidad. Un potente campo neuronal de alta densidad informacional, integración y coherencia produce una experiencia igualmente potente y enriquecedora que, en el terreno psicoterapéutico, denominamos insight y en la auto realización “experiencia cumbre”. Ya A. Maslow en su obra manifestó la gran importancia de estas “experiencias cumbre” en el proceso de auto realización sea o no trascendente. Estas experiencias producen cambios transformadores en la personalidad aumentando la consciencia así como el predominio de los “Valores B”, al tiempo que reduce los “Valores D”.


Lo sano, lo normal y lo patológico:

La normalidad tiene una acepción estadística indicando lo más comúnmente compartido en una población, y por otro lado, se refiere a lo que se considera un estado aceptable de salud en las gentes. El concepto de normalidad homogenializa a la población colocándola en un contexto de masa conforme. Lo que escapa a esta “normalidad” es el sobresalir, tanto en el sentido positivo como en el negativo. En un sentido apunta hacia la excelencia y destacada salud, por el otro, hacia la deficiencia y una salud precaria. Todos los seres humanos compartimos características comunes, las específicas de nuestra especie, sin detenernos en aspectos raciales, socio culturales y de género. Pero, fuera de esto, cada individuo es único, con unos valores propios y unas experiencias únicas. Cada humano dispone de conciencia, ética, estética y se orienta en la consecución de unos valores propios generalmente coincidentes, en diversos grados, con todos sus semejantes; ahora bien, en la praxis de ello, se debe considerar aquello funcional que le da sentido existencial. En este aspecto el modo de auto realizarse y el grado en que lo logre es de índole plenamente personal. Tiene pleno derecho de auto realizarse en plena libertad y espontaneidad. En este contexto el término “normal” está plenamente fuera de lugar.

Ahora voy a exponer lo que es patología desde la óptica psico afectiva. Patología es cualquier obstáculo, impedimento, bloqueo o disfunción en el proceso de auto realizarse. Todo aquello que empaña y dificulta la manifestación de un Yo robusto y vital. Sin un yo sano no es posible contactar con el Ser y, si se hace, acontece a través de una disociación y una relativa ruptura de la integridad. Hay fragmentos del Self inconexos y confusos que emergen a la consciencia creando ilusiones, delirios y alucinaciones. El Yo frágil es incapaz de integrarlo y entonces se proyecta como voces y pensamientos extraños a uno mismo. Por otra parte, cuanto más se adentra el conflicto personal en el inconsciente, más altera las estructuras profundas del organismo. En el ámbito expresivo las tensiones en los músculos de la capa exterior, consciente o , a lo sumo, subconsciente, se endurecen en tensión y rigidez; si el conflicto es más grave y profundo, la tensión y rigidez se establece en la segunda capa muscular, ya inconsciente, quedando desvitalizada la externa; si el conflicto es aún más profundo (o existencial) entonces es la tercera capa la que adquiere tensión y rigidez, se trata de pequeños músculos alrededor de los huesos, quedando las otras dos capas faltas de vitalidad. Del mismo modo, los conflictos afectivos superficiales afectan especialmente las áreas corticales sensitivas motrices y de asociación, pero, a medida que la problemática se agrava, afecta a las zonas subcorticales (sistema límbico), pudiendo afectar tanto al funcionamiento cognoscitivo, como vegetativo, hormonal y finalmente inmunológico en los casos más graves. En los casos de afectación patológica del sistema límbico-reticular, pueden alterarse las funciones autónomas en los ganglios y plexos de ciertos órganos que, en el lenguaje metafórico del cuerpo, depositan una demanda o conflicto desarrollándose, en tales órganos, enfermedades específicas y debilidades funcionales. De acuerdo con el grado de represión vital, estos lenguajes metafóricos inconscientes serán más o menos decodificados y estarán más o menos sujetos a maniobras caracteriales defensivas. En estas condiciones patológicas, de tipo neurótico más o menos graves, puede darse una disociación entre mente y cuerpo, aparentando que, por medio de la mente, se obtenga una comprensión que está distante o muy alejada de la consciencia corporal. El las psicosis, patologías mucho más graves, la disociación o disociaciones están mucho más presentes aunque puedan estar disimuladas.

De modo análogo al de las terapias de las zonas reflejas del cuerpo (pies, manos, orejas , rostro), se puede actuar para aliviar o restaurar la salud de zonas corporales, del mismo modo, a través del contacto en consciencia con las zonas somato-sensitivas del neocórtex, se puede influir en todas las partes del cuerpo representadas en la corteza cerebral, aumentando el umbral de neuroalgoritmización e involucrar las áreas secundarias y terciarias de asociación cortical, así como las conexiones subcorticales-límbicas. Muchas prácticas meditativas profundas actúan así.

Mediante la activación de VES en niños y de otras técnicas meditativas, psicomotrices y psicoterapéuticas, se logra una intensa neuroalgoritmización con el consiguiente campo neuronal y, conforme a sus características, un patrón de interferencia específico y personal que es la experiencia del instante. Sólo que con la activación de VES se añade, en modo alto, un campo neuronal con mucha congruencia, es decir, sintergia, creando un patrón de interferencia mucho más potente que a través de otras técnicas; con la posibilidad, si así se desea, de incluirlas, más a más, e intensificando sus efectos. Es así porque la VES, en sí misma; es un estado específico de consciencia acrecentada, no ordinario, y muy próximo con el Ser; por ello con un mayor poder transformador.

En los adultos, cuanto más tiendan hacia la salud psico-somática, más se da un contacto con el factor de direccionalidad del proceso de auto realización, que está dirigido por el Yo en estrecho contacto con el Self. El Self es la capa envolvente del Ser o procesador Central. La auto realización es un factor de dirección del Yo y Self y, desde lo profundo del Ser (El Punto Omega de Teilhard de Chardín o el Atractor externo del Hipercampo de Jacobo Grinberg) y que, en tradiciones espirituales diversas, adquiere diversos nombres como alma, nefesh, annatta, atmán, etc. La facilidad de confiar y entregarse a este atractor externo del Hipercampo conduce al mayor o menor contacto con el Ser que cada cual puede lograr y permitirse. Tengamos siempre en cuenta que el vehículo más eficiente para tocar el Self es el propio Yo que, cuanto más íntegro sea, más eficiente será en su función de indagar acerca del Observador o Ser y propiciar la auto realización sea o no trascendente.


25-04-2020                              Ernesto Cabeza Salamó



Equipo de investigación y desarrollo de V.E.S. (Visión Extra Sensorial)
Ernesto Cabeza Salamó, 93 3863112.
Plaça Montserrat Roig 5. Baixos 1ª  08921 Sta. Coloma de Gramenet





domingo, 2 de febrero de 2020

¿De vuelta al Humanismo?



¿De vuelta al Humanismo?



Deseo anotar estas ideas que próximamente ampliaré ampliamente.

Sin disculparme por sentir añoranza, tengo la necesidad de rememorar una excitante época en la que pude saborear la dulzura del humanismo. Fue mi arranque como psicólogo humanista, aspecto del que nunca he renunciado, pero actualmente no están siendo buenos tiempos para ello.


Desde la polarización entre las orientaciones psicoanalíticas y las conductuales, el hacer psicológico en su investigación, teoría y práctica lo inundaba todo; quedando lo demás a merced de disciplinas como la sociología, antropología, pedagogía, filosofía y parapsicología. Entonces el aspecto cultural, influido por los aires que generaron asimismo el Mayo del 68, manifestaron lo que ya, a partir de entonces, se llamó Psicología Humanista. La psicología humanista cuestionaba las dos tendencias anteriores con importantes críticas; dándole importancia al fenómeno personal de experiencia que manifiesta el presentar el estado de humanidad en el individuo-persona. Ya no es   importante en la salud el aspecto “normalidad” o ausencia de “patología”. Lo que importa es la integración en la propia persona de su potencial y el compromiso en su actualización. La psicología humanista superó los moldes marcadamente científicos y teóricos referentes a la salud mental y lo sumergió en su congruencia e integridad personal con su consecuente responsabilidad en mantener la salud (integración y coherencia) y su auto realización. Ya iré profundizando en este tema.


La tan radical sumisión a esta ideología dominante nos disocia entre la servidumbre a la economía neocapitalista deshumanizadora y el ansia profunda de liberarse se este insufrible pesar; nos insensibiliza y nos empuja a la búsqueda de salidas personales. El ámbito de las creencias actúa en tal sentido y genera la sensación de pertenencia a un colectivo, en el cual ilusoriamente esperamos encontrar el apoyo común y alivio a la miseria personal y la angustia existencial.




Y ahora, en estos tiempos, con la aparición de la tecnología de la información y robótica, cuando aún la mayoría de los pobladores del mundo no han conseguido todavía la adquisición de la auto realización humana, nos alcanza como un tsunami el “transhumanismo” que, ideológicamente, amparándose en una concepción cientificista predica que la evolución de la humanidad se deberá al ámbito tecnológico y biotecnológico aplicado al ser humano; evidenciando un conjunto de retos de índole moral y éticos.

 Aclaro que con el humanismo no se trata de negar el avance de las ciencias y la tecnología en beneficio del ser humano y del mundo; pero pensemos en la implicación de la manipulación biogenética en la salud de la gente y en el medio natural del planeta, piénsese en las tecnologías de modificación de la conducta y el sentir humano mediante sustancias “farmacológicas” dirigidas al funcionamiento cerebral y con chips integrados en el organismo. En que el recuerdo de lo que acontece se traslada a la memoria mecánica de un PC, de la nube o de un dispositivo USD o de disco duro. Así se nos adiestra a vivir en un presente inmediato en el que no se integra la experiencia del pasado y ya no hay tiempo para proyectarse con valores y propósitos no condicionados en el futuro. Es necesario sobrevivir o no ceder estatus para la gran mayoría. 

Cada uno se adscribe en un mundo digital de concordancia de perfiles, ésta es la adscripción a redes sociales con contacto únicamente con afines, y la propia gestión de cuanto introducimos en la red por las corporaciones que nos estudia y nos inunda con su marketing interesado conforme a la información que le suministramos. 

Posthumanismo
Es un refuerzo constante que nos alivia de la soledad existencial y crea la ilusión de comunicación y contacto cuando sólo nos da placebo, aquello que deseamos y no la realidad.

 Ya no es necesario el reto de contactar y conocer a gente en el mundo real, ya no es necesario conversaciones   persona frente a persona o por medio epistolar integrando razón, sentir y responsabilidad. Ya no es necesario el convertir las experiencias y vivencias en relatos, poemas y canciones. Todo está en la “nube”.

 En todo esto tenemos indicios de lo transhumano que sueña con concluir en una era posthumana puramente cibernética.

 En la ficción ya se anuncia su advenimiento, produce asombro y también verdadero horror.


Quien adquiere suficiente contacto con su dimensión auto realizante humana, tiene recursos para enfrentar este colosal desafío; pero hay intereses potentes en establecer todo tipo de dificultades. 

No hay tiempo ni recursos para adentrarse en el contacto con el ser, sólo el horror del mundo hostil (desgracias naturales, guerras, epidemias, desertización, crisis económicas que sin acabar de solucionarse ya se anuncia la venidera, precariedad laboral, realitis, conflictos políticos e identitarios, y un largo etcétera) del que debemos evadirnos con un tipo de “soma” social y cultural.

Debemos reivindicar la consideración de alcanzar el humanismo que ahora nos pertoca; maravillarnos de lo que conectar con nuestros dones y potenciales que surgen de nuestro ser, a pesar de todo; de lo íntimo de nuestro ser y del ser de los demás como portadores de talento y potencial genuinamente personal, que podamos compartir en una fresca y directa comunicación. En este punto la globalización será el de la comunidad planetaria de auto realizadores y auto realizados como en su tiempo anunciaba A. Maslow.



Ernesto Cabeza Salamó 1º de febrero de 2020.