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lunes, 24 de octubre de 2016

Testimonio de psicoterapia. Carta de A. M. M. F.


Carta de A. M. M. F.



Hasta hace mucho, las emociones se me presentan de golpe, a través de flashes de recuerdos de la infancia cuando estaba medio dormida, sueños, recuerdos que venían a través de alguna imagen que veía por la calle, en el trabajo,... Generalmente me dejaban tocada porque surgían historias que ni yo misma recordaba y tardaba unos días en asimilar, pensando en ellas y en el significado. Después, la emoción en principio “mala” se transformaba totalmente y aparecía la paz.

El otro día me metí en la habitación, con una musiquilla tranquila, todo medio a oscuras, y me puse a mirar una vela (me acuerdo de las técnicas que me explicaste en un email). Estuve mirándola y de golpe me vino una emoción contradictoria con respecto a la figura de mi padre. Parece como si en ese momento sintiera rencor hacia él (algo que jamás me había sucedido) y mucho malestar. No lo entendía, y estuve unos días chunguilla por no comprender. De pronto, en un momento, me di cuenta que esa sensación era una sensación ajena a mí: había experimentado la emoción de mi madre con respecto a mi relación con mi padre cuando vivíamos los tres: celos, enfrentamiento, odio, envidia,... Fue muy fuerte darme cuenta de ello, y de nuevo, paz, incluso, el otro día hablando con V., de forma espontánea, casi sin pensar, le dije que ahora sentía que podía darle las gracias a mi madre por la experiencia que me está permitiendo darle ese sentido tan importante a la maternidad, y que sin ella y su presencia en mi vida, seguramente lo pasaría por alto. Me he dado cuenta que para mí es un tema VITAL, y gracias a mi madre estoy tan llena de ganas de ser madre a la vez. Flipo, porque no hace mucho la cosa era muy distinta. Ahora nos llamamos casi dos o tres días, tengo muchas ganas de verla y además, en ocasiones, me sale decirle eso de “te quiero”. No sé, es genial. Por otro lado, medio soñando una noche, me vino a la cabeza una habitación oscura, con un ventanal por donde entraba la luz de la luna, y yo, de pequeña, en una esquina sentada en el suelo. Me quise acercar a ella, pero fue curioso, porque sentía como si esa niña (yo misma) tuviera algo que reprocharme. --Puede ser que realmente experimentes la rabia hacia tu padre y no la reconozcas. Toda esta rabia la identificas con tu madre que ha sido más visible su comportamiento y con la que relaciones más la rabia. A lo mejor la rabia hacia tu padre es por no haber sabido llevar la situación y poner a tu madre en su sitio librándote a tí de tener que hacer un papel de adulto y siendo más libre como niña--. Todavía estoy dándole vueltas, y en algún momento me acercaré a ella a ver qué pasa.

Y así, poco a poco, con los ojos abiertos por si existe algo que me haga sacar cosas a la luz. Me he apuntado a un gimnasio. Voy a hacer clases de yoga, de concienciación corporal, respiración,... y me reservo un día para darme caña con bailes latinos, fogar, sudar y pasármelo bien. Es una manera de sentir más mi cuerpo. Llevo ya como una semana que la ansiedad está mucho menos presente, así como los miedos, y cuando hay atisbo de que “están viniendo” yo misma me tranquilizo, me digo que es bueno que pase porque me  está ayudando a conocer muchas cosas de mí y de mi entorno. Hay días que pasan sin ni siquiera acordarme de ellos. Eso sí, me siento mucho más abierta, sonrío más a la gente, les miro más a los ojos. He dejado de utilizar el metro para ir al trabajo, y desde que bajo del tren voy andando hasta la escuela: me encanta ver la gente por la calle y comprobar que siempre hay alguien con el que siempre me cruzo mientras escucho a Chambao. Por otro lado, me he apuntado con V. a un master sobre Pedagogía  Sistémica. Es un rollo de las constelaciones familiares aplicadas a la escuela. Se hace un trabajo social, pero se trabaja también el tema personal y familiar. Puede ser muy interesante.

Poco a poco están desapareciendo la ansiedad y el miedo, me siento más feliz. Hablando con E. le decía que ahora estoy más tranquila, pero que no quiero que eso signifique que mi ego está volviendo a tapar cosas y por eso no sale todo aquello que quiero curar. He cambiado desde hace dos meses para acá, en muchas cosas, me pongo la meditación que nos pasaste cada noche, y me siento mucho más positiva. Sí, estoy más calmada y como más abierta. Pero de todos modos, quiero que este cambio se dé porque realmente hay una evolución, y no porque lo racional vuelve a pesar más sobre el Alma. Estoy experimentando cosas nuevas, y a veces me pierdo. Todavía me he de conocer mucho más. ¿Tú qué me aconsejas? ¿Crees que otras técnicas me ayudarían a sacar emociones?

¡Un besazo enorme!!!

Nota: En el momento en el que un miedo os invada debéis enfrentarlo. No lo racionalicéis; metéos en él; fluid con él. En realidad ¡os está impulsando para sentir más! Localizad de dónde viene el miedo: El miedo se siente en la barriga.


A. M.. M. .F.



domingo, 23 de octubre de 2016

Psicoterapia Bioenergética, Las dos modalidades en Cepsi.



Modalidades de psicoterapia bioenergética en Cepsi

      La Psicoterapia bioenergética trata de restablecer la unidad dinámica del cuerpo y de la mente a fin de que el cliente obtenga más vitalidad y efectividad en sus funciones somáticas (corporales) y psíquicas (mentales-afectivas). Ya que en bioenergética sostenemos que el organismo humano es un sistema abierto en el que se puede aumentar o disminuir la energía por mecanismos internos o influencias externas.

       De acuerdo con el tipo de la problemática presentada, se puede abordar en el ámbito de la psicoterapia de formato individual y en formato de psicoterapia de pareja, en la que se aborda más específicamente la problemática relacional.