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domingo, 18 de marzo de 2012

El Terapeuta Bioenergético

El Terapeuta Bioenergético

   
         Los artículos previos ("El origen de la Bioenergética. De Freud a Lowen", "La Terapia Bioenergética en Cepsi" y "El procedimiento técnico terapéutico en Cepsi")  me lleva a tratar de definir cómo vivo el ser terapeuta bioenergético exponiéndolo como algo general.

         El terapeuta bioenergético no es un mecánico que enderece o ponga bien el organismo humano con ejercicios y masajes. No se trata de averiguar directa o indirectamente todos los problemas del paciente para etiquetarle en un carácter y después enviarle a casa. Tampoco es un investigador frío y distante a quien sólo le interesa confirmar su teoría de la personalidad o su método terapéutico.

Alexander Lowen
         Lowen llamó a su procedimiento terapéutico "Análisis bioenergético" para relacionarlo y al tiempo distinguirlo del psicoanálisis de Freud y de la vegetoterapia caractero-analítica de Reich.
S. Freud
W. Reich
       Ya he comentado anteriormente que la palabra "análisis" no me satisface. ¿Por qué? Porque se apresta a que el terapeuta que analiza tome una actitud distante y escudriñadora. 
S. Keleman
 Freud partió de una posición fisicalista y organicista; pero consciente o inconscientemente Reich y Lowen también dependen de ciertos postulados fisicalistas. Es Stanley Keleman, antiguo discípulo de Lowen, quien primero propuso que el terapeuta bioenergético deberá ser padre, madre, maestro y amigo más que un investigador científico de la energía vital de sus clientes.
       Actualmente, la Psicoterapia Bioenergética se ha enriquecido mucho con la labor de nuevos investigadores en América y Europa. Ciñéndonos a Europa, son de mencionar, entre otros, a Luis Pelayo (fundador de la Personterapia Bioenergética), el Dr. David Boadella ( Creador de la Biosíntesis), El Dr. Federico Navarro ( Creador de la Somatopsicodinámica) y la doctora  Gerda. Boyensen (Creadora de la Psicología Biodinámica).  
Luis Pelayo


David Bobadella

Federico Navarro

Gerda Boyensen
         En el ser humano hay tres etapas que determinan su desarrollo: la gestación, la infancia (particularmente los seis primeros años) y la adolescencia. Todos o casi todos tenemos deficiencias y heridas a nivel físico y psicológico en alguna o algunas de estas etapas; y una dificultad en una etapa previa hace que se entre tropezando y vacilante en la siguiente, facilitando que también se tropiece en la nueva. Es un suma y sigue... Algunas personas logran continuar su crecimiento sin mayores dificultades por las influencias positivas que encuentra en su vida. ¡Afortunada!
         Estas dificultades o deficiencias dan origen a los cinco tipos de carácter bioenergético ya mencionados. Así, el núcleo problemático del esquizoide se inició en el útero de la madre y sus primeros días de neonato. Los problemas de los orales en el primer año de su vida. El del masoquista inmediatamente después; y los de los psicopáticos y rígidos también en la infancia antes de los seis años; y todos se agudizaron todavía más en la adolescencia. Así, el terapeuta, está llamado a apoyar al cliente, a reformar o complementar aquellas etapas del desarrollo en las que se originaron sus dificultades.
         El que acude a terapia buscando una solución a sus problemas y síntomas no ha podido resolver las heridas de estas etapas. Las reacciones y soluciones adoptadas entonces no fueron las mejores objetivamente, pero eran, sin duda, las únicas que como bebé, infante o adolescente podía tomar en las circunstancias difíciles y dolorosas del contexto para sobrevivir y sobrellevar la vida y ganarse la atención, aceptación, reconocimiento y cuidado de sus padres y de las personas importantes en el medio en el que vivía.
         Lo importante es que tales reacciones pretéritas no funcionan adecuadamente en este instante de su vida.

         He comentado en la exposición sobre la contratransferencia que el terapeuta no es alguien perfecto, que tiene limitaciones, frustraciones y reacciones también infantiles de acuerdo a su tipo caracterial bioenergético de origen. En su terapia personal se ha trabajado para librarse de ellas, pero estas reacciones no desaparecen completamente, quedan como tendencia, y pueden influir en la relación terapéutica si el terapeuta no está pendiente y no es consciente de las mismas.
         Así, el primer requisito de un buen terapeuta bioenergético es haber realizado su terapia y mantener siempre una actitud de “paciente de sí mismo con el cliente”, o dicho de otra manera “acecharse” para reconocer sus reacciones inconscientes ante problemas que presenta y plantea el cliente. Esto le llevará  a una actitud humilde, acogedora y más impecable con su cliente. El terapeuta, como he dicho, debe conocer sus reacciones contratransferenciales para no cargar al cliente con sus propio problemas. Asimismo debe conocer las reacciones transferenciales del cliente para no fomentarlas y así reforzar sus problemáticas.
         El terapeuta debe ser consciente y aplicarse que nunca uno está plenamente completo y satisfecho en sus necesidades y carencias, y que tiene un compromiso de crecer, limpiar y madurar durante toda su vida. Esto es lo que percibirá el cliente y afirmará su deseo de seguir el ejemplo como una maduración hacia la salud y bienestar. Con lo que llegamos, siguiendo la afirmación de Luis Pelayo que “no hay terapias, sino terapeutas”.

Paseando con Luis Pelayo.



Bibliografía

-Georges Lapassade. “La Bio-energía”, Ensayo sobre la obra de W. Reich. Gedisa Mexicana S.A.  México 1983.
-José Agustín Ramírez. “Psique y Soma” Terapia Bioenergética.  Desclée de Brouwer, S.A.  Bilbao 1998.
-Gui Tonello. “Análisis Bioenergético”. Gaia ediciones. Madrid 2000.
-Antonio Caparrós. “História de la Psicología”.  Universidad de Barcelona. Barcelona 1976.

-W. Reich. “Reich habla de Freud” Anagrama. Barcelona 1970
-W. Reich. “Análisis del carácter”. Paidos. Buenos Aires 1965
-W. Reich. “La revolución sexual”. Planeta-Agostini S.A. Barcelona 1985
-W .Reich. “La irrupción de la moral sexual”.  Homo sapiens. Buenos Aires.
-W. Reich. “La función del orgasmo”. Paidos. Buenos Aires 1964.
-W. Reich “La biopatía del cáncer”. Nueva Visión. Buenos Aires 1985.

-A. Lowen. “El lenguaje del cuerpo”. Herder. Barcelona 1998.
-A. Lowen. “Ejercicios de Bioenergética”. Sirio. Málaga 1988.
-A. Lowen. “El narcisismo: la enfermedad de nuestro tiempo”. Paidos. Barcelona 2000.
-A. Lowen. “La depresión y el cuerpo”. Alianza. Madrid 1998.
-A. Lowen.“La experiencia del placer: vivencias corporales, creatividad y bioenergé- tica para alcanzar una vida más plena”. Paidos. Barcelona 1994.

         Y las aportaciones de mi maestro Luis Pelayo Rodriguez como formador y terapeuta bioenergético durante muchos años, y después como compañero de profesión; y con ello lo hago extensivo a los demás miembros de la SETB  de quienes, en el intercambio experiencial, me he enriquecido  a lo largo de tantos años. ¡Gracias!


         Ernesto Cabeza Salamó, Psicólogo y Psicoterapeuta bioenergético, miembro de la SETB y acreditado en la FEAP. Fundador de CEPSI.



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