La Visión Extra
Sensorial y Psicología
Con la aparición de VES (Visión Extra Sensorial) se
abre toda una nueva dimensión de la psicología, en principio, aplicada al mundo
infantil; y si con la pubertad se logra mantener, también en la adultez.
Desde la década de los 80 la empezó a investigar y
fomentar Jacobo Grinberg, creando un abordaje científico de lo que es la
consciencia y la experiencia. Los niños que la han experimentado, aunque
después hayan perdido su funcionabilidad, tienen la certeza de la experiencia
extra sensorial vivida de un modo innegable y transformador.
Me ciño a Jacobo Grinberg porque es el único que,
desinteresadamente, ha dado a conocer sin ocultación alguna y sin pretensiones
de monopolizar su aplicación. Mente abierta, humanista, científica y alentadora en sugerir a futuros investigadores con su labor.
Pero antes de proseguir quiero hacer una revisión
panorámica de la situación de la psicología durante la segunda mitad del siglo XX
y principios del XXI.
Desde la primera mitad del siglo XX se daba una pugna
radical entre dos escuelas de psicología: el Conductismo (Pavlov, Watson,
Skinner, entre otros) y el Psicoanálisis fundado por Freud y sus discípulos ortodoxos y disidentes. De acuerdo con los conductistas, la conciencia
es una facultad humana que no se puede medir, y por ello no puede entrar dentro
del campo investigador de la psicología. Lo único que es observable y medible
es la conducta humana; consecuentemente la psicología debe ceñirse al estudio y
observación de la conducta humana. Este estudio se logra a través de la
relación entre el estímulo y la respuesta, con la pretensión de generar una
psicología experimental, que trata de estudiar y corregir la forma de responder
del humano ante el mundo de los estímulos que le alcanzan.
Por otro lado, el adversario (el psicoanálisis),
asegurando que la conducta observable del ser humano se basa en un ámbito
llamado inconsciente que no puede ser cuantificable. Por ello considera que lo
que los conductistas quieren medir no es lo que explica el comportamiento humano.
W. Reich |
C.G. Jung |
Dentro del
psicoanálisis hay muchas concepciones, desde el pesimismo de Freud hasta la
concepción “optimista” de Reich. Es común en todos ellos el esquema básico de
la existencia: El Consciente, el Subconsciente y el Inconsciente, a lo que Jung
añade el “Inconsciente colectivo”.
A partir de los años 60 surgió una tercera fuerza, la
Psicología Humanista. La psicología humanista se sitúa en contra de la
simplificación del ser humano que surge de cualquiera de estas dos teorías
enfrentadas. El ser humano no puede reducirse a un objeto de laboratorio; conduciendo al planteamiento de estas preguntas: ¿Hasta qué punto es posible
conocer al humano desde afuera? ¿Esa persona que estudiamos en un laboratorio
es la misma que se manifiesta fuera de él? Y ¿Puede el investigador psicólogo
controlar las variables experimentales con tal rigor que descarte plenamente la
influencia en la relación entre ambas?
A. Maslow |
El intento de resolver estas preguntas llevó a A.
Maslow, el pionero de la psicología humanista, a presentar una teoría de tipo
Taoísta del conocimiento. Asegura que en el estudio de la psicología, el cariño
y el afecto no son obstáculos para el conocimiento, sino todo lo contrario, lo
incentivan y profundizan.
Además, propone C. Rogers, que la humanidad de una
persona sólo se puede conocer a través de la humanidad de quien lo estudia o
trata. Es por ello que los psicólogos humanistas se implican en las actuaciones
terapéuticas que surgen.
Por otra parte, lo que surge del psicoanálisis en sus
diversas variantes es algo pesimista, en él aparece el ser humano patológico; que trata de sobrellevar la relación
conflictiva consigo mismo y con los demás. En este punto, Maslow se plantea
esbozar una teoría a partir de las personas que se han auto realizado o están
en proceso de auto realización. Para Maslow el ser humano es un ser que busca
auto realizarse y para ello debe satisfacer, en primer lugar, sus necesidades
biológicas (vinculadas con los valores D ‘de deficiencia’), luego los valores
culturales y alcanzar los valores espirituales (valores B ‘de trascendencia’).
El conductismo ayuda al paciente a tomar conciencia de
su conducta y controlarla. El psicoanálisis busca que el Yo ocupe el lugar del
Ello (inconsciente, depósito de represiones, patológico). La psicología
humanista propone que el ser humano desarrolle todas sus posibilidades y logre
experiencias “cumbre” o “pico” que lo transformen y le hagan más plenamente
humano.
Ken Wilber |
Llegados a este punto y estando en el contexto de la
auto realización, aparece la psicología transpersonal (Ken Wilber, Stanislav Groff), que viene a ser una
prolongación de la psicología humanista. En ella se tiene en cuenta las
experiencias que surgen bajo el efecto de ciertas drogas que evidencian un
estado de consciencia no ordinario, y el estudio y comparación de estas
experiencias con las místicas, tanto
procedentes de las tradiciones orientales
como occidentales, que corroboran plenamente la existencia de la
conciencia “no ordinaria”.
Stanislav Grof |
Otro aspecto a considerar es el tener presente la
utilidad de un abordaje científico de la psicología, obteniéndose un humanismo
científico, consistente en diseñar una metodología en la que, sin renunciar a la
rigurosa “objetividad” de la ciencia, se incorporen las dimensiones más
profundas del Ser.
Lo que se va
conformando, en la actualidad, es la elaboración de una teoría ecléctica
de la psicología, en el sentido que implique atención a factores comunes de
diversas escuelas en el abordaje de la complejidad del ser humano. Sin duda el
eclecticismo por confluencia es un posicionamiento abierto y contrario al
reduccionismo. En este sentido, situamos, sin la menos vacilación, la
trayectoria de Jacobo Grinberg con su teoría de la Sintergia.
Jacobo Grinberg |
En lo referente a VES, aunque actualmente sea
aplicable casi exclusivamente a niños, sus posibilidades experienciales van
mucho más allá de los mismos y esto es lo que motiva la investigación del
presente equipo.
El fenómeno VES es un acontecer experiencial explicado
y estudiado científicamente, que tiene en cuenta la diversidad de corrientes
psicológicas de finales del siglo XX en conexión con las aportaciones de la
física cuántica y las dinámicas de los campos energéticos con sus patrones de
interferencia. Queda ampliamente explicada la aparición de los fenómenos de las
diferentes modalidades de consciencia, por la relación de los procesos de
neuroalgoritmización con los correspondientes campos neuronales que producen; y el cómo éstos interaccionan con el campo cuántico, creando experiencias específicas
que van unidas al factor de direccionalidad y las bandas sintérgicas operantes.
Es por ello un abordaje que salvaguarda la subjetividad y la peculiaridad de
cualquier persona y, al tiempo, permite su abordaje experimental tal y como se
refleja en la extensa investigación experimental que nos ha proporcionado.
Probablemente la activación de VES en adultos no sea,
hoy por hoy, el medio más eficaz de aplicar el hacer transformador según
Grinberg, tan próximo a la psicología transpersonal, pero sí ofrece la
comprensión y señala unas vías de aplicación muy prometedoras. Otra cosa es lo
referido a esa infancia que, habiendo activado la VES, durante unos años la ha
experimentado con independencia que, al alcanzar la pubertad y adolescencia, se
extinga o no; siendo lo importante la destreza adquirida del sistema nervioso central
de operar con campos neuronales de gran coherencia e integridad y las
aportaciones experienciales que aporta. Tiene importancia, según Grinberg, no
tanto la producción de los campos neuronales, sino la naturaleza de los mismos
y el que están asociados a una direccionalidad propuesta por el propio
Procesador Central, es decir, el Ser. En este punto Maslow y Grinberg coinciden
en que, lo que está en estudio, es la auto realización de un individuo con todo
el potencial que pueda desarrollar.
El activar la VES en niños es algo psicoterapéutico, no
sólo se trata de manifestar una capacidad psíquica más, sino de enseñarles, ya en
la infancia, la producción de campos neuronales de alta sintergia, es decir, de
potente densidad informacional con una integración interhemisférica e
intrahemisférica, lo que produce una armonía en todo el conjunto del SNC.
La relación armoniosa interhemisférica produce una
vivencia de sereno equilibrio, se armoniza lo intuitivo y sensible con lo
racional y analítico. La integración neocortical con las zonas
intrahemisféricas supone una armonización entre lo consciente (neocortical) y
lo subconsciente e inconsciente (estructuras diencefálicas y del tronco
cerebral). Esta armonía, asimismo, facilita una mejor relación entre el sistema
nervioso central (SNC), el vegetativo (SNV), el endocrino y el inmunitario.
Permite que contenidos, que denominamos subconscientes, puedan fluir hacia la
consciencia con mayor facilidad y, si éstos, tienen una génesis patológica, el poder elaborarlos y resolverlos; si, por el contrario, son aportaciones
existenciales o transpersonales, entonces enriquece y potencia la personalidad.
Un potente campo neuronal de alta densidad informacional, integración y
coherencia produce una experiencia igualmente potente y enriquecedora que, en el
terreno psicoterapéutico, denominamos insight y en la auto realización
“experiencia cumbre”. Ya A. Maslow en su obra manifestó la gran importancia de
estas “experiencias cumbre” en el proceso de auto realización sea o no
trascendente. Estas experiencias producen cambios transformadores en la
personalidad aumentando la consciencia así como el predominio de los “Valores
B”, al tiempo que reduce los “Valores D”.
Lo sano, lo normal y lo patológico:
La normalidad tiene una acepción estadística indicando
lo más comúnmente compartido en una población, y por otro lado, se refiere a lo
que se considera un estado aceptable de salud en las gentes. El concepto de
normalidad homogenializa a la población colocándola en un contexto de masa
conforme. Lo que escapa a esta “normalidad” es el sobresalir, tanto en el
sentido positivo como en el negativo. En un sentido apunta hacia la excelencia
y destacada salud, por el otro, hacia la deficiencia y una salud precaria. Todos
los seres humanos compartimos características comunes, las específicas de
nuestra especie, sin detenernos en aspectos raciales, socio culturales y de
género. Pero, fuera de esto, cada individuo es único, con unos valores propios
y unas experiencias únicas. Cada humano dispone de conciencia, ética, estética
y se orienta en la consecución de unos valores propios generalmente
coincidentes, en diversos grados, con todos sus semejantes; ahora bien, en la
praxis de ello, se debe considerar aquello funcional que le da sentido
existencial. En este aspecto el modo de auto realizarse y el grado en que lo
logre es de índole plenamente personal. Tiene pleno derecho de auto realizarse
en plena libertad y espontaneidad. En este contexto el término “normal” está
plenamente fuera de lugar.
Ahora voy a exponer lo que es patología desde la
óptica psico afectiva. Patología es cualquier obstáculo, impedimento, bloqueo o
disfunción en el proceso de auto realizarse. Todo aquello que empaña y
dificulta la manifestación de un Yo robusto y vital. Sin un yo sano no es
posible contactar con el Ser y, si se hace, acontece a través de una
disociación y una relativa ruptura de la integridad. Hay fragmentos del
Self inconexos y confusos que emergen a la consciencia creando ilusiones,
delirios y alucinaciones. El Yo frágil es incapaz de integrarlo y entonces se
proyecta como voces y pensamientos extraños a uno mismo. Por otra parte, cuanto
más se adentra el conflicto personal en el inconsciente, más altera las
estructuras profundas del organismo. En el ámbito expresivo las tensiones en
los músculos de la capa exterior, consciente o , a lo sumo, subconsciente, se
endurecen en tensión y rigidez; si el conflicto es más grave y profundo, la
tensión y rigidez se establece en la segunda capa muscular, ya inconsciente,
quedando desvitalizada la externa; si el conflicto es aún más profundo (o
existencial) entonces es la tercera capa la que adquiere tensión y rigidez, se trata de pequeños músculos alrededor de los huesos, quedando las otras dos capas faltas
de vitalidad. Del mismo modo, los conflictos afectivos
superficiales afectan especialmente las áreas corticales sensitivas motrices y
de asociación, pero, a medida que la problemática se agrava, afecta a las zonas
subcorticales (sistema límbico), pudiendo afectar tanto al funcionamiento
cognoscitivo, como vegetativo, hormonal y finalmente inmunológico en los casos
más graves. En los casos de afectación patológica del sistema
límbico-reticular, pueden alterarse las funciones autónomas en los ganglios y
plexos de ciertos órganos que, en el lenguaje metafórico del cuerpo, depositan una demanda o conflicto desarrollándose, en tales órganos, enfermedades
específicas y debilidades funcionales. De acuerdo con el grado de represión
vital, estos lenguajes metafóricos inconscientes serán más o menos
decodificados y estarán más o menos sujetos a maniobras caracteriales
defensivas. En estas condiciones patológicas, de tipo neurótico más o menos
graves, puede darse una disociación entre mente y cuerpo, aparentando que, por
medio de la mente, se obtenga una comprensión que está distante o muy alejada
de la consciencia corporal. El las psicosis, patologías mucho más graves, la
disociación o disociaciones están mucho más presentes aunque puedan estar
disimuladas.
De modo análogo al de las terapias de las zonas
reflejas del cuerpo (pies, manos, orejas , rostro), se puede actuar para aliviar
o restaurar la salud de zonas corporales, del mismo modo, a través del contacto en
consciencia con las zonas somato-sensitivas del neocórtex, se puede influir en
todas las partes del cuerpo representadas en la corteza cerebral, aumentando el
umbral de neuroalgoritmización e involucrar las áreas secundarias y terciarias
de asociación cortical, así como las conexiones subcorticales-límbicas. Muchas
prácticas meditativas profundas actúan así.
Mediante la activación de VES en niños y de otras
técnicas meditativas, psicomotrices y psicoterapéuticas, se logra una intensa
neuroalgoritmización con el consiguiente campo neuronal y, conforme a sus
características, un patrón de interferencia específico y personal que es la
experiencia del instante. Sólo que con la activación de VES se añade, en modo
alto, un campo neuronal con mucha congruencia, es decir, sintergia, creando un
patrón de interferencia mucho más potente que a través de otras técnicas; con
la posibilidad, si así se desea, de incluirlas, más a más, e intensificando sus
efectos. Es así porque la VES, en sí misma; es un estado específico de consciencia
acrecentada, no ordinario, y muy próximo con el Ser; por ello con un mayor
poder transformador.
En los adultos, cuanto más tiendan hacia la salud
psico-somática, más se da un contacto con el factor de direccionalidad del
proceso de auto realización, que está dirigido por el Yo en estrecho contacto con
el Self. El Self es la capa envolvente del Ser o procesador Central. La auto
realización es un factor de dirección del Yo y Self y, desde lo profundo del Ser (El Punto
Omega de Teilhard de Chardín o el Atractor externo del Hipercampo de Jacobo
Grinberg) y que, en tradiciones espirituales diversas, adquiere diversos nombres
como alma, nefesh, annatta, atmán, etc. La facilidad de confiar y entregarse a este atractor externo
del Hipercampo conduce al mayor o menor contacto con el Ser que cada cual puede
lograr y permitirse. Tengamos siempre en cuenta que el vehículo más eficiente
para tocar el Self es el propio Yo que, cuanto más íntegro sea, más eficiente
será en su función de indagar acerca del Observador o Ser y propiciar la auto
realización sea o no trascendente.
25-04-2018 Ernesto Cabeza Salamó
Equipo de investigación y desarrollo de V.E.S. (Visión Extra Sensorial)
Eloisa Civit Guerrero ,Ernesto Cabeza Salamó, Antonio Zahino Maya
655210020, 93 3863112, 677446195.
Plaça Montserrat Roig 5. Baixos 1ª 08921 Sta. Coloma de Gramenet
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