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domingo, 29 de abril de 2018

Visión Extra Sensorial, Educación y Prevención de la Salud



Visión Extra Sensorial, Educación y Prevención de la Salud


La aplicación de V.E.S., con todas sus características en el mundo de la infancia, es una valiosa aportación en el campo educativo, constituyendo un valioso instrumento al servicio del desarrollo del niño en sus diversas facetas incluyendo la Salud Psicosomática.

En un artículo que publiqué recientemente, muestro el lugar que ocupa la VES en el ámbito moderno de la psicología y psicoterapia. A partir de la Teoría Sintérgica de Jacobo Grinberg, explicando su funcionamiento, queda claro, asimismo, su prioridad que es el desarrollo del potencial humano; estando consecuentemente englobada tanto dentro de la psicología científica como de la humanista y transpersonal. La educación, desde el punto de vista del humanismo, tiene como objetivo principal facilitar al niño, con sus recursos humanos, metodológicos y técnicos, el que contacte y desarrolle con su potencial humano y no tanto la mera adquisición de habilidades y acumulación de datos.


La escuela, en EGB, es un enorme recurso de humanización. A parte de los programas y objetivos pedagógicos que le son propios, constituye o debería constituir, asimismo, una importante oportunidad para potenciar la salud Psico-afectiva y el crecimiento personal, con lo cual se presenta como un valioso recurso de prevención de la salud psico-física. Desde este punto de vista es mucho más eficientemente económico invertir en actuaciones preventivas que el afrontar el sufrimiento o dolor psico-afectivo en la etapa adulta. Remito al lector a los anteriores posts referidos a la aportación de la activación y práctica de la VES.

Aprender es descubrir. Se aprende del experienciar. La práctica de VES es situarse justamente y conscientemente en la experiencia vital. Cuando el Procesador Central integra e interpreta el patrón de interferencia que se está produciendo estamos viviendo una experiencia en un lapsus temporal que va desde los 50 milisegundos a quizás los 200 milisegundos si esta experiencia es rica en densidad informacional. Esto es la duración de un “instante presente”, la mínima fracción de tiempo experiencial. Sucesivos “instantes de presente experiencial” dan lugar al fenómeno de una experiencia vital. Sabemos que lo que se aprende de la experiencia es asimilación, comprensión y saber; y no mero archivo de datos.

En las áreas metropolitanas, se irá proponiendo el acceso a VES a partir de diversos centros privados que la practiquen, pero en los pequeños municipios rurales, gran parte de la población tiene a la escuela como la casi única posibilidad a este tipo de experiencia tan claramente favorecedora de desarrollo y salud. VES aporta en sí el conocerse mejor, adquirir integración neurológica, mejorar las capacidades cognoscitivas, asentar la confianza en el sí mismo y, como resultado, mejorar el estado de salud al incidir en vivencia afectiva, creativa, etc.

Experienciar, descubrir y saber es aprender, con VES esto se potencia y conduce al placer de descubrir que lo que aparentemente imposible es ciertamente, no sólo posible, sino un acto experiencial. Es un descubrimiento de sí mismo, un mayor contacto con la Naturaleza y una expansión de la consciencia en lo propio y en el camino de la evolución humana.

Aún hoy en día, en la enseñanza de tipo tradicional, se considera al alumno como alguien inmóvil y silencioso, pasivo. Actuando como un recipiente vacío en el que se depositan datos, conceptos e informaciones consideradas verdaderas aun cuando puedan ser contradictorias y presentar incoherencias; y en este contexto, el alumno, es valorado desde lo insuficiente hasta lo excelente. Se cree que la información aportada por los maestros es la verdad y el alumno debe mantenerse sumiso a sus expectativas: En la práctica esta actitud es conflictiva y al tratar de adaptar al alumno favorece, por un lado, gentes sumisas y temerosas y, por el otro, rebeldía.

Este trabajo de imponer un “aprendizaje” se convierte en forzoso, antinatural. Exige bloquear la espontaneidad, la creatividad y los vínculos afectivos colaborativos. Con ello se imponen unos valores de tipo patriarcal patológicos, contribuyendo a fomentar el conflicto, la falta de autoconfianza, valores enfrentados y el desarreglo psicosomático.

Los niños, desde que activan la VES y seguidamente la practican con naturalidad, acceden a una mayor conexión intuitiva y empática. Las impresiones, ideas, representaciones y contenidos de la Psicosfera o “Campos mórficos” de R. Sheldrake son fácilmente accedidos y les plantean un sin número de preguntas que, saludablemente, plantearán a sus padres y educadores. Especialmente los educadores deberán escucharlos, entenderlos y brindarles explicaciones y conocimientos. Los niños, tal como indica Jacobo Grinberg en su obra “Fluir en El Sin Yo (Capitulo 1: Educación para la nueva era), si se les respeta, con la VES y su habilidad de establecer campos neuronales de alta sintérgia, acceden a la información del Hipercampo más próximo y precisan que el educador les ayude a entender y procesar, conforme al propio nivel de comprensión infantil. Así el maestro no cumple con la función de depositar unos conocimientos fijados en el programa educativo, sino aprovechar el propio auto aprendizaje de sus estudiantes y conectarlo con los contenidos del programa.

En el ambiente pedagógico, con la VES, se hace imperativo el planteamiento de nuevos proyectos de trabajo; precisa cambios en la institución, etc. Se favorece el contacto comunicativo y experiencial en el claustro de profesores y una visión nueva de la realidad envolvente.

Al igual que los niños con la VES activada transforman a sus padres, del mismo modo transforman las dinámicas personales y relacionales de sus educadores. Con la VES, los educadores ya no son depositarios de la única verdad. Los alumnos indagan, contactan y saben de fenómenos y hechos que los actuales educadores no cuentan como experiencia y saber. Cuando estos niños, ya adultos, ejerzan de maestros, las circunstancias serán diferentes.

El modo de estar con los alumnos cambia y exige una franca comunicación, verbal y no verbal. Con niños intuitivos, empáticos, conectados con el Hipercampo ¿qué sentido tiene la práctica del ocultamiento y la disimulación? Evidentemente exige de sus educadores y referentes apertura, libertad, espontaneidad e integridad. De no aplicarse así, los niños les cuestionarán sus actitudes, sus acciones, sus pensamientos y motivaciones, así como sus rasgos de carácter.

Con la VES y sus aportaciones se rompe la tendencia de la competencia y rivalidad en los propios educadores entre sí y respecto a los alumnos.

Los niños perciben y les muestran las inconsistencias y contradicciones personales, así como, también, las experiencias positivas y facilitadoras y, con ello, se acrecienta un sentido de humanidad real, sin disimulación ni ocultación. 


Es enteramente verdad que la mayoría de los conflictos de los niños se originan a partir de dolorosas experiencias con los adultos. Es igualmente cierto que el modo de evitar la aparición de patologías psicosomáticas es ayudar a que los maestros y padres tomen contacto con sus problemas y conflictos y los resuelvan. De este modo ya no proyectarán sistemáticamente en la infancia.

Todos los adultos y, especialmente los padres y educadores, deben darse cuenta de que los niños con la VES activada son poseedores de un conocimiento propio del que brotan preguntas; y todas estas preguntas deben ser contestadas y pasar a formar parte de los Centros de interés pedagógicos. Ello obliga a una más estrecha colaboración entre padres y educadores.

Dentro de la comunidad educativa, especialmente en los claustros, se logra una mayor comunicación entre los docentes y consecuentemente con los alumnos permitiendo que éstos hagan propuestas y estableciéndose trabajos conjuntos como actos, excursiones, fiestas, etc.). 


Ernesto Cabeza Salamó         29/04-2018


Equipo de investigación y desarrollo de V.E.S. (Visión Extra Sensorial)
Eloisa Civit Guerrero ,Ernesto Cabeza Salamó, Antonio Zahino Maya
655210020, 93 3863112, 677446195.
Plaça Montserrat Roig 5. Baixos 1ª  08921 Sta. Coloma de Gramenet

Casa “Jardín de la Alegría” C/ Palaudàries, 46. (Urbanización Can Valls) 08184 Caldes de Montbui.








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