El Proceso de auto realización
Este es el quinto escrito acerca del Humanismo y a
dónde nos lleva. En el escrito del día 2 de febrero me preguntaba ¿De
vuelta al humanismo? Luego el 4 de marzo publiqué "Nuevo humanismo. La
Primera y Segunda Humanidad", el 21 de marzo “Humanismo y psicología hoy”.
El 28 de marzo me preguntaba ¿Cómo es el proceso de auto realización? Y hoy
llega el momento de preguntarme ¿Cómo es el proceso de auto realización? ¿Qué
hace una persona cuando se auto realiza?
La verdad es que no debería estar planteándolo así,
pues todo humano nace para auto realizarse; y si urge tratarlo es porque algo
muy feo ocurre en el mundo que impide o bloquea el que podamos realizarlo de un
modo natural. Dicho esto, comienzo.
En primer lugar, expondré cuáles son los ocho modos de
auto realizarse de acuerdo con A. Maslow comentándolos brevemente:
1º Auto realizarse “significa vivenciar plena, vivida
y desinteresadamente, con una concentración y absorción totales”. Es el momento
en que se tiene la vivencia y certeza de que somos totales y plenamente
humanos. Es cuando el self se actualiza y contacta el ser con el yo en el
presente. Tengamos en cuenta que por self entendemos el punto de intersección o
zona secante entre la parte multidimensional de nuestro ser (= el Procesador
Central de Jacobo Grinberg) con nuestra manifestación tridimensional
(personalidad = yo); entonces, en ese campo de espacio-tiempo-consciencia
integrado, se produce la certeza de estar plenamente conectado consigo mismo, y
se percibe la magnitud de es sentirse “plenamente humano”. Es trascender
vivencialmente nuestro yo sin la participación de las defensas, absorbiéndose
en la contemplación de que me siento completamente humano. Hay que tener en
cuenta que esta actualización se da en el presente vivencial y no es algo
concluido. Se trata de un proceso abierto y con el horizonte más allá del aquí
y ahora como aspiración. Podría llamarse un estado de “gracia y maravilla”
acerca de todo lo que alcanzo a ver en este momento. No hay dudas, no hay
tinieblas, no hay defensas de ningún tipo; pero no debe confundirse con una
“experiencia pico” que ya trataré en su momento. Para alcanzar este punto,
además de comprometerse con la vida personal y de colocarse en el observador,
es entregarse desinteresadamente a sí mismo y a la vivencia. En nuestro mundo
actual ¿cuántos de nosotros nos entregamos al momento presente, viviéndolo
profundamente y sin interés alguno, sin reserva y en plena conciencia de sí
mismo?
Ni tan sólo los más jóvenes, ya sean adolescentes,
están libres de intereses, expectativas, defensas e influencias tanto internas
(neuróticas) como externas (sociales, culturales, económicas, etc.).
¡No resulta tarea fácil! Supone ejercitar el
“observador” a un estado de alerta permanente (o lo mayor posible) y desafiar
las rutinas, las inercias, los hábitos y apegos personales. Desde el punto de
vista arquetípico sería situarse en el ámbito del Guerrero Interior.
2º “Concebir la vida como un proceso de elecciones
sucesivas”. Darse cuenta de que constantemente estamos en contacto con
elecciones y decisiones y, éstas pueden orientarse al progreso de la auto
realización, o ser regresivas y orientarnos a posiciones defensivas, a la
búsqueda de seguridad o sometimiento al temor. Esto significa que cada
elección, sea minúscula o enorme, estamos tomando la opción de crecer como seres
humanos; auto realizarse es un proceso continuo. Se puede decir cuál es el
punto de partida, pero no hay una meta; es un continuo devenir en lo
desconocido del ahora. Significa elegir entre el disculparse o asumir la
responsabilidad; ser sincero o disimular, si se busca el propio interés o
considerar los intereses y circunstancias de los demás, etc. En estas
elecciones-decisiones-actos se transita hacia la auto realización. Es,
arquetípicamente, la convergencia del Guerrero Interior, visto en el primer
punto, y el contacto con la autenticidad y verdad interior del arquetipo del
Vidente Interior.
3º “Hablar de auto realización implica que hay un sí
mismo que se actualiza”. Un ser humano no es una tabla rasa, como mínimo es una
estructura que manifiesta un organismo funcional, con un temperamento, su
homeostasis, sus impulsos, su capacidad de consciencia, sin olvidar aquello que
subyace en la subconsciencia e inconsciencia; es decir lo más misterioso e
inaccesible de nosotros mismos; y seamos o no creyentes de algún modo, esa
parte de nuestro ser no material que se puede denominar alma y que, en otro
ámbito, es nuestra manifestación multidimensional, nuestra afinidad cuántica,
nuestra conexión con la Lattice de Jacobo Grinberg. Todo ello presente desde el
punto de vista del organísmico, existencial y transpersonal. Sólo cabe decir
que podemos facilitar que fluya desde su ámbito a nuestra consciencia ordinaria
y nos entreguemos confiadamente a ello. El temor a lo desconocido, nuestras
defensas caracterológicas e incluso las creencias, ideologías y ambiente
cultural pueden interferir dificultando e incluso imposibilitando su contacto.
Aquí tenemos, desde el punto de vista arquetípico, el contacto con el Vidente
Interior; aquello que brota de nuestro interior y alcanza la luz y visión de
nuestra consciencia, iluminándonos, inspirándonos, dándonos intuición y
creatividad. Démonos cuenta de que habitualmente lo que vemos y escuchamos de
nosotros son las voces introyectadas de los padres o familiares, de nuestros
maestros, de nuestros mitos, creencias, de la gente que nos juzga o con la que
nos comparamos, ya sea porque la admiramos, tememos o aborrecemos.
4º “En la duda optad por ser sinceros”. La gente común
no suele ser sincera, se practican juegos y se adoptan poses y roles. Se
protege de tal manera la privacía que se adopta el disimulo evasivo. El quedar
bien, resultar educado, encerrar los defectos y fingir atractivos; roles de
bondad, de servicio, de ser graciosos, de ser elocuentes, de ser tímidos, etc.
Asumir la sinceridad es un acto expuesto, arriesgado y
es, asimismo, un acto de responsabilidad. Y cada vez que uno asume la
responsabilidad de lo que dice y hace se aproxima a la auto realización. Es decir,
transitar en la senda sin autoengaño, asentando y responsabilizarse de la
autenticidad. Ser sincero también es abrir el corazón y ofrecerlo. Aquí estamos
uniendo al arquetipo del Vidente Interior, el del Sanador Interior. Ser
sinceros y abrir el corazón es una actitud sanadora hacia nosotros mismos y
hacia los demás.
5º Aplicándose los cuatro modos de auto realizarnos,
se descubre el valor de la presencia y la dignidad. Tenemos criterio propio y
no tememos el resultar impopulares o sensibles a la opinión y juicios ajenos.
Nos hacemos impecables, no estamos ni a favor, ni en contra por defender una
imagen, una pose. Entonces nos hacemos cada vez más inaccesibles a la presión
social y cultural, a los modas y corrientes de opinión sembradas por los que se
dicen generadores de cultura y tendencias. Muchas manifestaciones artísticas,
considerándose creadoras de tendencias, intentan popularizarlas par que la
gente se sienta “estar al día”. No deja de ser un recurso de manipulación
cultural a través del arte y la estética. Fenómenos bien estudiados por los
especialistas en marketing y del consumismo; no olvidemos que lo artístico
también es consumo. Las personas en vías de auto realización se dan cuenta que
atienden a sus propios gustos y se atreven a ser diferentes, impopulares,
inconformistas. Ir a contracorriente por impecabilidad propia es, muchas veces,
algo criticable. No sucumbir a la presión de este tipo es asimismo un rasgo de
fortaleza. La fortaleza personal es signo de auto realización; en cambio
resistir y ser duro es algo defensivo en el aspecto neurótico. Ya sabemos que
la cultura es consecuencia de la interacción del impulso al conocimiento y del
de la actividad transformadora. Transformar algo que mejora lo anterior y está
manifestando conocimiento, el saber humano del momento.
Si las manifestaciones culturales cumplen con estos
dos requisitos en su praxis creativa, no impondrá nada; antes bien, alentará y
asegurará el asentamiento del momento cultural. No se opondrá al previo, puesto
que lo integra y supera, abriendo cada vez más la representación y sentido del
mundo en las mentes de la gente. La cultura del momento anterior era buena y
ésta, la de ahora, la mejora actualizándola; sin tener que rechazarla o
menospreciarla. La vida crece acompañando ciclos, pero se asienta en los
procesos previos, no en contra de ellos. Siempre y cuando lo previo no sea
coercitivo y dogmático. Los nuevos brotes nacen de las yemas de las ramas
crecidas antes, es su natural crecimiento, no de la negación de estas.
Aquí estamos, de pleno, en el arquetipo del Sanador
Interior, el sentirse agradecido a los frutos de la propia vida y contribuir,
desde el corazón, al bienestar y mejora de esta.
6º Ya he dicho que auto realizarse es un proceso y no
un final. Es el proceso de continua actualización del potencial personal en
cualquier momento, lugar y grado. Significa la utilización de todos los
recursos cognitivos eficientemente sin inhibiciones propias (neuróticas) ni
externas (cultura, sociedad). Significa aceptar el propio sentir (sensaciones,
sentimientos y emociones y al procesarlo con las capacidades cognitivas darse
cuenta de que se realizan; que se hacen reales nuestras posibilidades,
habilidades y potencialidades.
En este momento ya estamos en el ámbito de la
sabiduría y con ella nos llama a la puerta el arquetipo del Maestro Interior. Entonces
entrevemos nuestra existencia como un misterio insondable. Y el aceptarnos de
tal manera nos hace ver la existencia como algo fascinante, los fenómenos del
mundo nos sorprenden y asombran y el propio mundo que concebimos nos maravilla.
Nos transformamos en exploradores de nuestro propio mundo interior y exterior
intuyendo que uno y otro no están alejados entre sí.
7º Ya estamos en un estado mesetario. Ya conocemos el
estado de “gracia” que sumimos en el primer punto y se han recorrido cinco más
que le añaden energía. Ahora, en este, estando en contacto con la fortaleza de
la autenticidad y el conocimiento de que somos y estamos en el misterio, es
cuando aparecen las “experiencias cumbre” (o pico). Son momentos de auto
realización, de éxtasis incomparables con todo lo anterior. Es un gozo que nos
sorprende y maravilla. Todos las tenemos y, ante ellas, podemos posicionarnos
desde la incredulidad y negarlas o considerarlas meras ilusiones; o entregarnos
a ellas, pues son pequeñas o grandes experiencias místicas. Aceptar estos
momentos de éxtasis e integrarlas como conocimiento nos posibilita incluir en
el proceso auto realizador la dimensión transpersonal. Estas experiencias sólo
tienen sentido para uno mismo, pudiendo ser comprendidas por quienes asimismo
las experimentan en su proceso de auto realización. Una nueva forma de obtener
conocimiento ha aparecido desde las mismas entrañas del misterio que somos y en
el que vivimos. La forma de ver e interpretar el mundo se transmuta. El
misterio nos habla en su propio lenguaje. El riesgo es que se reactive el temor
a lo desconocido; si tal temor no nos paraliza o detiene, la auto realización
se asienta y nos conduce a lo trascendente. Hay que hacer, en este punto, una
consideración importante. Auto realizarse es un proceso que puede o no implicar
lo trascendente. Hay personas auto realizantes y auto realizadas que no
experimentan vivencias de trascendencia.
8º Ya hemos descubierto “quién es uno, qué es, qué le
gusta, qué no le gusta, qué es bueno o malo para uno, hacia dónde va y cuál es
su misión -…-, significa desenmascarar la psicopatología”. Ya identificamos las
defensas y también encontramos el coraje para renunciar a ellas. Es algo duro
porque las defensas se construyen para protegernos de lo desagradable y
doloroso; renunciar a ellas no es fácil. El pro es que nos conocemos mucho más
y somos portavoces de lo misterioso de nuestro ser que, ahora, con la conciencia
despierta y la mente serena, vemos que las defensas surgieron de nuestra
sensación de limitados y vulnerables, y ahora somos fuertes y exploradores.
Entonces renunciamos a nuestro carácter, ya de por sí, debilitado y nos
comprometemos en la actualización permanente de todas las posibilidades,
volares y talentos que manifiesta nuestra personalidad. Lo hacemos por la
propia alegría y entusiasmo de vivir. Ahora abandonamos las defensas
neuróticas, ya no las necesitamos, no se puede navegar por el océano de la vida
con amarras asidas al muelle y con el ancla echada. Confiamos en nuestros
recursos y sabemos que nos asociaremos para bien muto cuando aparezcan
dificultades. Ahora sabemos, asimismo, el sentido y significado de la vida y de
la muerte.
Expuestos los ocho modos de alcanzar la auto
realización, mi deseo es considerar finalmente una dificultad bastante común
hoy por hoy.
A consecuencia de las experiencias y de los procesos
auto realizadores de mucha gente, las tradiciones culturales tradicionales se
han fusionado con las aportaciones personales. Hay importantes sendas en
nuestro mundo que conducen a la auto realización trascendente desde hace siglos
y milenios con sus consecuentes actualizaciones históricas, Son las tradiciones
espirituales de los pueblos y culturas. Todos ellos, o prácticamente todos
ellos se han convertido en religiones. El aspecto funcional y estructural
definidos y en proceso de redefinición histórica.
Estas religiones, al institucionalizarse, han
potenciado el aspecto estructural, las formas, los contenidos a modo de dogmas,
los rituales, los hábitos. Se han organizado en estructuras que contienen y
manejan poder. Con ello, la funcionalidad, el para qué fueron creadas, la forma
de ofrecer su senda espiritual (modo de auto realización de los
correligionarios) ha quedado sustituida por las creencias, los dogmas y los
lugares de culto. Su parte mística, esencial y funcional ha quedado reducida a
la mínima expresión. Paralelamente, como digo, han aparecido multitud de
variantes de prácticas espirituales más o menos desligadas de las religiones
oficiales troncales y a consecuencia de la libertad de expresión y religiosa,
han devenido en propuestas alternativas. Pero, y esto es importante, algunas de
ellas han devenido en sectarias y otras aprovechan esta necesidad para
introducirlo como un consumo más. Hay tal inmensidad de propuestas que atrapan
la curiosidad de los demandantes, y éstos consumen la información intentando
que se confirme; que les asaltan dudas que trata de aclarar con otros autores.
La conclusión es que se consume tal información y apenas se hace nada.
Viaje místico |
Antes he considerado que en las religiones se ha
puesto en relevancia el aspecto estructural sobre el funcional; se siguen
dogmas y rituales conducidos por un sacerdocio o grupo clerical que se declara
canal para la mediación con la divinidad. Y por el otro lado se da el mito que
simboliza la senda a la unión o fusión mística con la divinidad; es decir el
camino místico, en el cual cada cual debe contactar con la voz divina que le
conduzca a la liberación y éxtasis místico. Esta segunda postura, que pone
énfasis en la aspiración y actualización del mito en uno mismo, queda
enfrentada con la religiosidad de masas que son dirigidas por normas,
ritualismos y jerarquía religiosa.
En Occidente, el influjo de la religión estructurada
ha ido perdiendo poder en el transcurso de décadas; progresivamente las
religiones estructuradas van perdiendo adeptos practicantes. Digamos que, por
diversos motivos, las personas se sienten decepcionadas con las tradiciones
religiosas y, dentro del laicismo y del agnosticismo, consideran ilusorios los
ritos y relatos dogmáticos-míticos de las religiones existentes; quedando
convertidos muchas veces en parte del folclore local. Pero el sentimiento de
algo trascendente e inalcanzable que dé sentido y origen al mundo sí perdura.
Desde el Humanismo se considera que el compromiso con
los valores y meta valores eleva al individuo hacia la auto realización y,
cuando ésta deviene en trascendente, entonces estamos en el ámbito de la
experiencia espiritual. Hemos transitado a través de varias generaciones en las
que se ha producido y se produce lo que podría llamarse un proceso de
desacralización que, desde nuestro punto de vista, es un mecanismo más de
defensa. Esta defensa de desacralización consiste en la aparición de una desconfianza
hacia los valores, tanto de los progenitores como de la sociedad, en los que
viven. Consideran que los otros son tontos y que esta estupidez es lo
compartido por gran parte de la sociedad. Aborrecen la necedad de los demás por
no darse cuenta de la hipocresía en la que viven. Se predica de boca los
valores como sinceridad, justicia, equidad, fraternidad, bondad, etc. y luego
asisten a que, en la práctica, se hace lo opuesto. Diversas generaciones han
participado en ello y están confundidos acerca de la asunción de los propios
valores. Como hay desencanto en la validez y aplicación de los valores,
simplemente se pierde el respeto a quienes los representan y ejercen
formalmente. Como no se cree en la integridad, nadie merece la autoridad moral
y ética, y el autoritarismo, asimismo, es condenado; por ello se disipa el
respeto a lo que representa la tradición, lo que transmiten de saber los
mayores y sus instituciones tanto culturales como políticas. En esta confusión
y duda la gente aprende a disociar el contenido humano (valorativo) de lo
objetual (personas físicas); en el sentido práctico se queda la percepción
objetual (ser objeto de…).
resacralización del mundo |
Veamos como un ejemplo demostrativo la percepción de
la sexualidad actual; además de ser un producto de consumo, es una práctica,
como una ejercitación, con poco o nada de proyección valorativa del ser (para
much@s no es hacer el amor, sino simplemente joder), perdiendo sus cualidades
poéticas ello significa que ha perdido prácticamente todo. No se contempla
que la persona es un posible ser en devenir y portador de valores, ni tan solo simbólicos. Importa lo inmediato, lo objetual palpable. Así se hace necesario
afinar y refinar las normativas, porque no hay autoridad éticamente válida para
interpretar la justicia y la libertad entre otros valores. Sólo cabe un pormenizado
detalle que asegura el control y la aplicación de aquello que, en su momento,
acordamos como definición de normalidad.
La palabra sagrado hace referencia a valores elevados
incuestionables y, en este sentido, el término desacralizado es plenamente
apropiado y está fuertemente asentado en la cultura. Esta desacralización es un
mecanismo defensivo más, muy común hoy por hoy que nos entorpece o impide la
auto realización; es decir, el asumir nuestra propia humanidad. Y se hace
necesaria una resacralización, entendiendo por ello que todo cuanto somos y nos
rodea, incluyendo el mundo y el universo, es algo sagrado; algo imbuido de un
sentido eterno y simbólico. Digamos que las partes constituyentes del universo
dejan de ser un simple objeto y pasan a escribirse en mayúscula. La Verdad, Justicia, Libertad, etc.; la Infancia, la Ancianidad, el Hombre, la Mujer, la
Vida, la Tierra (que en este contexto se llama Gaia)…, y así con todo. Aunque
muchos tilden a todo esto como moralismo rancio o incluso infantil. Los
positivistas lógicos podrán decir que carece de significado, pero para quien se
auto realiza tiene pleno poder y significado y adquiere, al tiempo que ofrece,
sentido a la existencia propia y del mundo.
El conocimiento espiritual, el abrir la consciencia al
ser, el acercarse a la iluminación personal y el auto realizarse
trascendentemente, es sólo eso, dejar fluir la propia autenticidad y superar
los grilletes defensivos del carácter. Así, como un río que fluye hacia el mar
en un cauce a lo largo del Valle de la Vida, sin obstáculos, de forma natural.
A este planteamiento que semeja utópico se le opone
una objeción. Aún en condiciones favorables, en un estado de salud psicológica
favorable, hay quienes no adoptan este proceso. Pareciera que deliberadamente
efectúan otras elecciones que les distancia y aleja de este proceso, No a causa de patologías, reitero. ¿Qué les ocurre a estas personas que, disponiendo
de recursos personales, no se ajustan al sentido existencial de realizarse? La
respuesta es que podrían perseguir otro fin, otra meta. Esto plantea una
tremenda dificultad. ¿Puede darse una o diversas tendencias de tipo instintoide
junto o en oposición al proceso de auto realización? Esto sería como dar por
válido el instinto de muerte freudiano; y W. Reich demostró fehacientemente que
como tal no existía, sino como una forma de defensa caracterial. ¿Entonces
qué pasa? Otra observación es que hoy en día las personas que logran una alta
auto realización son aún bastante escasas. Las que existen comprometidas en
meta valores del Ser son excepcionales; estando la población, en su mayoría, en
pugna por alcanzarlas y resistirse a ellas en diverso grado. ¿Algo instintivo e
instintoide va mal? De otro modo no puede explicarse. Es como si se
superpusieran dos propósitos existenciales y ambos no coincidieran en algunos
puntos. Desde el punto de vista ontológico aparece un serio problema. ¿Cómo
puede haber un doble programa existencial y con aspectos divergentes entre
ambos? ¿Sería una consciencia receptora de información que puede manifestarse simultáneamente en subconsciencia y conciencia objetiva? ¿No sería esto un rasgo, cuanto menos,
esquizoide? Pero caracterialmente no aparecen rasgos patológicos de este tipo,
y esto se da de forma espontánea incluso en personas con un nivel de auto
realización avanzado. El análisis de la información que manifiestan cuando
acceden a estados de consciencia no ordinarios nos causan estupor. Memorias
ancestrales, otras personalidades vividas en otros lugares y tiempos, con
decisiones tomadas que influyen en la personalidad del paciente. Dentro de la
psicología transpersonal, no sólo se acepta la coexistencia con otras formas sutiles
de manifestación dimensional, sino que fuera de nuestro tiempo lineal, hay un
espacio-tiempo no tridimensional y con otra forma de existencia vibratoria; eso
que se llama, en algunas tradiciones religiosas y espirituales, cuerpos sutiles
o dobles energéticos. Esas manifestaciones vibratorias se dan en marcos
multidimensionales. Como sugiere Jacobo Grinberg cuando nos explica que cuanta
mayor sintergia manifieste un campo energético, más próximo está al Campo
Cuántico, albergando múltiples dimensiones e influyendo en el aspecto temporal.
Sólo el tiempo entendido como un antes, ahora y después, es decir, lineal se da
en el Universo tridimensional; fuera de él, el tiempo, si se da, tiene que ser
muy diferente.
Hay tradiciones espirituales-religiosas que nos hablan
de estos cuerpos superpuestos en diversos grados dimensionales y, asimismo,
ubicada en una elevada dimensión, se da una superconsciencia que se nutre y
crece con las experiencias que genera en múltiples creaciones, que denominan
encarnaciones. La objeción de la ciencia oficial es que esto no es demostrable
experimentalmente, por ello, falso; pero, por otro lado, la magnitud de
informes de recuerdos y regresiones a las mismas es tan enorme que se hace incuestionable;
tanto en personas muy sanas como otras no tanto; los auto realizados cuentan,
en su gran mayoría, con diversos recuerdos de diversas. Esta información se
encuentra en ese océano de consciencia transpersonal que reside en el
subconsciente, aunque se le llame para diferenciarlo “super-consciencia”. El
progreso de las prácticas de producir estados elevados de consciencia a través
de diversos medios (neurofedback, meditación, sustancias que alteran la
consciencia, respiración holotrópica y especialmente la hipnosis), lo hacen accesible.
En los estudios de antropología transcultural, hay una
variada utilización de recursos tanto personales en el proceso de manejo
específico de la consciencia (canto, música, baile, ritos, etc.), como por
medio sustancias que alteran la consciencia como son el psilocibe o amanita, la
llamada ayahuasca, o los cactus pellote y San Pedro; así como otras plantas
como el estramonio y la datura. Pero el más eficiente y operativo recurso utilizado en
nuestra civilización occidental es el de la moderna hipnosis, aplicada a la
hipnoterapia en su aspecto regresivo. Siempre se ha utilizado la hipnosis para
adentrarse y explorar la complejidad del inconsciente, incluso Freud, creador
de la madre de la psicoterapia analítica, el psicoanálisis, fue en su origen
iniciado en la práctica de la hipnosis. Dentro de la variedad de estilos de
hipnosis actuales, ha destacado, por su poder mediático, la obra de Brian
Weiss, psiquiatra hipnólogo con sus trabajos mediante hipnosis regresiva a
otras existencias y asimismo, el no tan conocido Michael Newton, que ha
desarrollado un paso más en la hipnoterapia y permite acceder bajo hipnosis
profunda a lo que denomina superconsciencia y, en ella, no sólo se accede a los
recuerdos de encarnaciones pretéritas, sino de los recuerdos que aparecen en el
periodo entre vidas, en un universo multidimensional.
Todas estas fuentes de información y de vivenciación
no cuentan, hoy por hoy, con evidencias científicamente experimentales; a no
ser las que en su tiempo logró Jacobo Grinberg. La mayor parte de la
información procede de los testimonios personales de muchas personas, nada
sospechosas de patologías, con un alto grado de coherencia e integridad, pero
evidentemente con esa subjetividad que cualquier persona tiene.
Salvo quienes, obstinadamente y descontando las
evidencias, se resisten a considerarlo posible; este conocimiento dado, que
Maslow llama “por amor”, nos presenta que se da una superposición dimensional
ontológica. Hay una consciencia ontológica multidimensional en proceso de
crecimiento y evolución que se anexa a la que aparece en su manifestación
cíclica en el Universo tridimensional. Vendría a ser algo semejante al concepto
de alma y organismo animado, donde el alma está vinculada al ámbito incorpóreo
espiritual y el organismo al corpóreo. La intersección ambas realidades de
energía-consciencia produce verdaderos problemas explicativos en ámbitos
teológico-espirituales, filosóficos, antropológicos y psicológicos. ¿Cómo se
explica esta asociación? ¿El cuerpo-organismo es un objeto o mecanismo del
alma? ¿Es un tipo de relación simbiótica? La respuesta más factible que he
considerado es la inspirada por la obra de Jacobo Grinberg. Se trata de dos
campos energéticos vitales. Uno tridimensional con todas sus características,
habilidades, potencialidades y limitaciones, que establece una conexión
armónica y resonante con otro campo energético multidimensional, que se
manifiesta y actúa conforme a su propia naturaleza. Y en esta conexión armónica
resonante se produce un patrón de interferencia, que los conecta a ambos
creando un puente de conexión entre las dos estancias evolucionantes.
Mutuamente se influyen y crecen, y cuando lo tridimensional concluye su ciclo
vital, esa información vivencial queda recogida por la parte multidimensional,
que es en sí un superconductor (Jacobo Grinberg). Así se explicaría el que un
organismo humano quede mediatizado por demandas ontológicas que influyen o
alteran su sentido existencial de auto realización; ese patrón de interferencia
que también es un campo energético constituye el Ser, y la relación del Ser con
el Yo genera un paso intermedio o tipo de membrana que denominamos Self. La
fenomenología y funcionalismo de este ser multidimensional, hoy por hoy, nos
resulta altamente desconocido; pero la buena noticia es que disponemos de
medios de alcanzarlo y comunicarnos con él.
Dicho esto, podemos comprender la razón transpersonal
que hace que, siendo personas psicológicamente sanas, no se sienten motivados o
se sienten altamente motivados hacia la auto realización sea o no trascendente.
El estado de maduración del Ser multidimensional propondrá mediante su
interacción con el ser tridimensional sus expectativas ontológicas. Ya sea un
ser multidimensional joven, maduro o de larga y anciana existencia. Si
aceptamos las palabras de Michael Newton, la “almas viejas” como él las
denomina son escasas en comparación a la gran mayoría compuesta por jóvenes y
en diverso grado de crecimiento-maduración. Ya en un escrito anterior consideré
el problema dualista que no logra superar la visión antropológica de Michael
Newton.
Nada hay enteramente determinado ni en el universo
tridimensional, ni en el multidimensional; y ambos se influencian en su
relación dialéctica en cada ser humano haciéndose presente en el aquí y ahora,
y con el grado de contacto con sus estados de consciencia no ordinarios.
Cuando estamos hablando de auto realización y de
plena humanidad, nos referimos al contexto tridimensional con su personalidad,
con todos sus componentes; y si este ser humano se auto realiza
consecuentemente aportará a su campo multidimensional lo mejor de sí para su
proceso de crecimiento y desarrollo en la otra dimensión.
En asociación a esta temática aparece
irremediablemente la idea de la ley del Karma. Desde el punto de vista
religioso, el karma es una especie de energía psíquica ligada a causas puras o
impuras que ocasionan evolución u obstáculos a la misma en la propia existencia
y en las sucesivas. Toda elección y acción genera un Karma y éste puede ser
favorable o no. El desfavorable tiene que purgarse o se arrastra por vidas
hasta que se purifica.
Desde el punto de vista transpersonal y teniendo en
cuenta los testimonios de VEV (Vida entre Vidas), vemos que el Karma no es un
castigo, sino un reto o desafío que asume la entidad (o ser) multidimensional
para satisfacer su propio crecimiento; y no le resulta una imposición, sino una
deliberada decisión de aprendizaje.
Consecuentemente las expectativas del aspecto
multidimensional tendrán su patrón de influencia, pero la personalidad
tridimensional cuenta con la libertad de auto realizarse conforme a su propio propósito existencial.
Todo esto último puede sonar a algunos algo esotérico,
pero clínicamente se puede aportar gran cantidad de información testimonial de
su veracidad. No se trata de creencias, sino de registros grabados de sesiones
de hipnoterapia a lo largo de muchos años y muchos profesionales
hipnoterapeutas.
Ernesto Cabeza Salamó
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